Capítulo 4 "Paranoica"

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Dizzy despertó con mejor humor que el día anterior, había dormido mucho y el estómago le gruñía. Miró el reloj que se hallaba en su tocador, las 9 am, era una hora perfecta para bajar a desayunar.  

Cepilló su cabello y se dejó su pijama, pues aún pensaba en ducharse después del desayuno,  era Domingo así que no hacía falta apresurarse. 

Bajó las grandes escaleras y con inseguridad buscó la cocina, la encontró y observó a una linda cocinera, se veía algo grande de edad pero muy simpática, al encontrarse las miradas Dizzy brincó del susto, por el contrario la cocinera le sonrió con dulzura y se acercó a ella. 

-Buenos días pequeña ¿Tienes hambre? -Cuestionó, Dizzy asintió tímida tocando su estómago. -Bien, toma asiento en el comedor de allá -Señaló la siguiente habitación -El Príncipe Encantador y Cenicienta no tardan en bajar. Dizzy siguió órdenes y a paso rápido tomó asiento en la primer silla que vio. Esperó ansiosa hasta que oyó otras voces, se trataba de Cenicienta y su esposo. 

-¡Wow! Al parecer alguien es más puntual que nosotros -Dijo el Príncipe Encantador abrazando por los hombros a Dizzy, ella sólo le sonrió. 

-Eso habla muy bien de ti Dizzy -Siguió  Cenicienta -Creo que alguien debería aprender eso -Con los ojos señaló a la entrada de la habitación donde Chad apenas entraba frotandose los ojos y bostezando. 

-Buen día -Dijo con desinterés. 

-¿Por qué hasta ahora? -Su madre cuestionó. 

-Ya sabes ma, tareas -Contestó. Se acercó a Dizzy y la escaneó -Oye tú, eh.. Daniela, este es mi asiento. -Dijo con cierto desagrado. 

-Oh, lo siento -Dizzy inmediatamente se levantó apenada. 

-No Dizzy, quédate ahí. -Ordenó Cenicienta, Dizzy hizo caso obteniendo una mirada de odio de parte de Chad. -¡Chad! Su nombre es Dizzy y no puedes correrla de una silla, ninguno de estos asientos tiene un nombre de persona asignado asi que puedes sentarte en otra silla. 

-¡Pero maaaa!  Yo siempre me siento ahí -Bufó 

-Si te levantaras más temprano tal vez podrías escoger tu asiento, así como Dizzy -Apuntó el principe Encantador.  Chad simplemente bufó y todos comenzaron a desayunar. 

Dizzy quedó encantada con el delicioso desayuno que había tenido ¡No se comparaba en nada con las sobras que le daba su madre!, terminó rápido y esperó a que los demás terminaran para luego pararse y recoger los platos de todos, Chad sonreía egocentricamente mientras que Cenicienta el príncipe Encantador se miraban confundidos. 

-No, no, Dizzy, no tienes por qué recogerlos, cada uno recoge el suyo, o en ocasiones la sirvienta nos apoya en eso. -Cenicienta se levantó y detuvo a Dizzy- Aunque esto habla muy bien de ti, eres un encanto en carne y hueso -Sonrió con dulzura tomando algunos platos que Dizzy tenía en sus manos, Dizzy se sonrojó y junto a ella continuaron llevando los platos hacia la cocina. 

Después del incidente de la cocina Dizzy se dio un baño, y se dedicó a ordenar la poca ropa que tenía y a acomodar su habitación. 

-¿Puedo pasar? -Tocaron la puerta, Dizzy se sobresaltó un poco al escuchar la voz proveniente detrás de la puerta. 

-Sí claro, adelante. -Dizzy se giró sobre sus talones para ver cómo entraba el padre de Chad a la habitación. 

-Wow -Miró con asombro cada detalle de la habitación - Jamás había visto una habitación tan ordenada. -Dizzy sonrió con orgullo. 

-Gracias-Respondió la pequeña -Siempre ordeno todo, mi abuela siempre ha sido muy exigente con el orden, así que ahora es parte de mí -Respondió lanzando un pequeño suspiro. 

¡Hey, Dizzy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora