Capítulo 9 "Cómplice"

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—Dizzy...—Dijo Chad en un cantito, cerrando la puerta detrás de él. Tenía como plan ganarse la confianza de la pequeña, pero ahora su prioridad era asistir a jugar en su torneo de Tourney. Dizzy lo miró con desinterés. —¿Me acompañas a la preparatoria? —Preguntó, más bien, suplicó.

—¿Para qué?, hoy no hay clases. —Contestó. 

—Tengo algo importante qué hacer. —Suplicó. —Anda.

Dizzy se mantuvo pensativa unos segundos ¿algo importante? ¡el partido!, claro. 

—No puedes jugar Tourney, mis tíos te lo prohibieron Chad. 

—Pero ellos están en camino a su viaje muy, muy, muuuy lejos de aquí. Así que si juego no se van a enterar. —Sonrió para sí mismo, Dizzy torció los ojos. —¿Desde cuándo le tuerces los ojos a la gente?, es de mala educación eh. 

—Sólo a ti te hago eso, y no me vengas a dar lecciones de modales, no eres el mejor ejemplo. Y no, no te voy a acompañar. —Respondió firme, seguía los consejos de Carlos. —Y si juegas, yo misma seré quien le diga a mis tíos que no obedeciste.

Si Chad pudiera hacer lo que en su mente ocurría, Dizzy ya habría sido asesinada unas diez veces, pero no sucedió así, sólo no se movió, se mantuvo estático pensando en una mejor respuesta. 

—Por favor, te lo compensaré.—Se puso de rodillas frente a ella y jaló un poco su falda verde. —Lo juro. 

Dizzy se divertía viéndolo de esa manera. Aguantó la risa y mantuvo la postura.

—Lo voy a pensar... —Dijo.

—¡El juego inicia en una hora! Y tengo que calentar. —Explicó aún de rodillas. —¡Dime ya!

—¡Bien! Iré, pero ya suelta mi falda, la arrugas. —Dijo con desagrado, no le gustaba ser así pero Chad se lo merecía. Un feliz Chad se levantó de golpe y corrió escaleras arriba para ir por sus cosas.

...

—Siéntete afortunada de que llegamos antes, puedes escoger el lugar en donde quieras sentarte. —Dizzy y Chad entraban al campo, éste último palmeó la espalda de la pequeña, quien sólo lo ignoró y se dirigió a cualquier lugar de las gradas para tomar asiento. Chad se dirigió hacia sus compañeros para calentar. 

—¿No es que estabas castigado? —Preguntó Jay. 

—Eso no te incumbe. —Respondió groseramente el rubio mientras se colocaba su casco. —¿estás aquí para cuestionarme o para jugar? 

Jay no respondió y siguió practicando algunos movimientos individuales. Pasaron los minutos y las gradas comenzaron a llenarse. Dizzy divisó a lo lejos a Jane con su madre, las saludó animadamente para que se acercaran a ella. 

—Preciosa ¡qué gusto verte! —Comentó el hada madrina abrazándola. 

—Lo mismo digo, ¿se sientan conmigo? —Invitó, ambas pelinegras asintieron y se colocaron junto a ella. —¿Y Jackson no viene? 

—Oh, él no es muy fanático de este deporte, no creo que venga... —Explicó Jane. Alzó una ceja divertida —¿Te importa que no venga?

—Oh no es lo que piensas —Negó rápidamente Dizzy provocando una pequeña risa en Jane —Soy su amiga solamente, pero por lo mismo, es de los pocos de mi edad con los que he convivido. 

—¿Quién es de los pocos de tu edad? —Preguntó otra voz acercándose a ellas. —Hola, tía. —Saludó. Jane y Dizzy lo miraron sorprendidas. 

¡Hey, Dizzy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora