VIII - Ilusiones interferidas

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El corazón de la azabache iba a mil por hora, sentía que en cualquier momento se le saldría del pecho, ¿Estaba escuchando bien? ¿Seguía soñando acaso?

Se dio un pequeño pellizco para ver si estaba despierta y al confirmarlo respondió a la pregunta.

- Sí, ¿A dónde quieres ir?- Cuestionó.
- Te espero a las 5 en el café de la plaza que está cerca de la estación del metro, ¿Te parece?- Respondió la persona al otro lado de la línea.
- Está bien, nos vemos allá- Siguió tan tranquila como pudo.
- ¡Nos vemos Tsu-Chan!- comentó animada cortando la línea.

Tsuyu se lanzó a la cama intentando sofocar su emoción en algo, pero no podía, así que como método miró el techo durante un largo tiempo contemplando lo interesante que era una vacía pared color amarillo, fascinante.

Pasado un tiempo se tranquilizó aunque no por completo, reviso su celular para ver la hora que este indicaba; "1:10pm" parece que todavía falta tiempo, pero no estaría mal prepararse algo antes, no quería estar a las prisas por estar gritando internamente como niña de 5 años.

Estaba pensando de qué manera vestirse, no quería verse como siempre, quería algo más dinámico o algo por el estilo, no parecer retrato o cualquier expresión de ese tipo que te puedas imaginar.

Vio su armario, no tenía muchas cosas ya que le gustaba ser casual cosa que ahora le pesaría un poco, tomó varias de sus prendas, veía cada una y separaba unas cuantas y después de un tiempo logro formar un conjunto y se lo puso.
Portaba una blusa negra de tirantes, una chamarra delgada y algo suelta sin cerrar de color amarillo verdoso, un short de mezclilla y unos pequeños botines, le agradaba mucho la manera en la que se veía.

Entonces, ya cuando estaba dispuesta a ir abajo para terminar algunas cosas pendientes no contó con que cierta personita la esperaba fuera de su habitación.

Satsuki.

En cuanto abrió la puerta de su habitación estaba parada frente de esta con un aire de "inocencia"

En cuanto abrió la puerta de su habitación estaba parada frente de esta con un aire de "inocencia"

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- ¿A dónde vas a ir hermanita?- dijo la pequeña sonriendo con perversidad escondida en ternura.
- A ningún lado- Dijo sorprendida, no debió descuidarse ni un momento de la niña.
- ¿Con quién hablabas entonces? ¿Por qué le dijiste "Nos vemos allá"? ¿Era esa tal Ochako?- Hizo un sinfín de preguntas con la intención de ayudar a su hermana.

- La ranita suspiro suavemente- Eres toda una traviesa- dijo para después cargar a la pequeña niña, misma que se carcajeaba por todo lo que hacía.

-¿Me dejas peinarte?- Preguntó la chiquilla.
Su mayor simplemente asintió brindándole una sincera y cálida sonrisa.

Ambas entraron a la habitación de la azabache, se veía bastante iluminada, en aspecto no tenía algo fuera de lo común, la cama a lado del armario, un pequeño escritorio a lado de la puerta junto con otras cosa y un espejo frente de la cama que estaba adornado con unas cadenas de hojas y unos pocos broches de cabello.

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