VI - Comienzo

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No dejaba de recordar.

Le era imposible sacar de su cabeza aquel momento... En el que tomó la mano de aquella chica.

La textura de aquella mano... Era tan suave, delicada y con ese remarcable meñique alzado para evitar accidentes... Sus dedos se sentían como algodón y después de aquel estrechón de manos, las mencionadas tenían un suave aroma a vainilla.

Sus manos eran tan dulces y finas.

Desearía no haberlas soltado nunca.

Y así, aquel momento se repetía sin lograr parar, y aunque solo fueron unos cortos minutos de diálogo, se sintió como un largo tiempo, un largo y agradable tiempo.

También recordaba el tono de su voz, que sin duda sonaba distinto al que usaba cuando habló con ella por primera vez.

Era un tono dulce con una combinación de amargo arrepentimiento sin afectar demasiado la dulzura con aquellos leves y momentáneos tartamudeos.

¿Porque se seguía repitiendo ese momento? Ya había pasado el fin de semana y seguía pensando en eso, con interrupciones de la pequeña Satsuki queriendo saber en que pensaba e insistiendo en que se lo dijera.

Ella era una muy buena hermana, pese a su corta edad.

Desde el día de aquel incidente comienza a ser más prudente y cuidadosa al igual que su hermano. De hecho, la pequeña aún tiene varios curitas a lo largo de su cuerpo y alguno que otro moretón que no está cubierto, probablemente ya estén sanando.

-¡Tsuyu!- Gritó Satsuki saliendo por debajo de la cama -¡¿Satsuki?!- Gritó una Tsuyu algo asustada por aquella repentina aparición -¿En qué piensas? Deja de escondermelo ¡Por favor!- La pequeña terminó su frase con un "Kero" muy típico de su familia.

Tsuyu se lo pensó 2 veces antes de emitir una palabra, pero era su hermana era muy probable que no dijera nada, además sería bueno quitarle su duda.

-Tengo una nueva amiga- dijo la ranita con cuidado a como seguiría la conversación, no era nada malo pero se podrían dar mal entendidos.
-¿Cómo hiciste a esa nueva amiga?- Cuestionó la menor con un notorio brillo en sus ojos azabache.
-Se disculpó por una pelea que tuvimos antes fue una conversación muy corta, pero también tomó mi mano- Dijo la mayor un tanto risueña.
-¿Pero qué no solo las parejas se toman de la mano?- Respondió la pequeña con un rastro de gran inocencia y confusión.
-¿Eh?- Dijo una perpleja Tsuyu mientras un notorio rubor se apoderaba de sus mejillas -Satsuki, no es sólo entre parejas también puede ser entre amigas, ¿Acaso porque mamá toma tu mano significa que es tu novia?- La pequeña rió por lo último dicho por su hermana.
-No, pero toma mi mano porque me ama y le importo- La mayor se sorprendió por si respuesta pero sonrió porque tenía razón, ella siempre era así y Satsuki nunca se rendiría hasta que le dieran la razón, era tan tierna.

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Era lunes por la mañana, nuevo día en la academia, despertó y se arregló como de costumbre, con la gran excepción de que se colocó un pasador con una ranita muy juguetona y tierna.

Bajo con su característico peinado y expresión sentándose junto a su familia para desayunar entre risas y preguntas sobre la escuela mientras Satsuki le lanzaba miradas cómplices que habían empezado desde el día anterior cuando le dijo en lo que había estado pensando, lo que tenía de tierna lo tenía de traviesa y curiosa.

Tomó el autobús correspondiente a la academia mientras observaba el entorno que había, habían cambiado la ruta y pasaban por un lindo parque con muchos árboles y flores genuinas, se veía espectacular aparte acompañado del enternecedor sol que había iluminando los árboles mientras que estos daban un cobijo a quienes se encontraban cerca de este.

El lugar donde vivía era genial.
Tenía que ver el lado positivo después de lo que pasó en U.S.J no todo era malo, no tenía que serlo, además lo tomaba con serenidad.

Bajó cuando llego al lugar correspondiente caminando unas cuantas calles para llegar a su destino.
Al llegar al mencionado camino con tranquilidad al salón y a los respectivos casilleros para tomar unos cuantos libros que había dejado ahí el viernes anterior hasta que escuchó que alguien llamaba su nombre con aquella voz característica.

-¡Tsu-Chan!~- Volteó para ver a aquella castaña que se acercaba tranquila a ella con el ademán característico de ella, saludar con su mano.
-Hola Ochako-Chan- Respondió a aquel saludo con su característico tono y expresión.
-¿Vamos al salón?- Dijo la ojimarrón tomando los tirantes de su mochila.
La ranita asintió tomando su pequeña maleta y siguiendola rumbo a su salón.

Llegando a dicho salón ambas se sentaron en su asiento correspondiente para reunirse después, antes de que tocaran el timbre.

Ashido las miró algo molesta y se acercó con rapidez -¿Te está molestando ranita?- La de tez rosada miraba desafiante a la castaña imponiendo autoridad -No cuernitos, ya todo está bien kero- Respondió cerrando sus ojos en señal de agradecimiento por la preocupación de la contraria.

Ochako se removió incómoda en su lugar -Lamento enserio lo que dije, creo que Ashido me odia ahora... No la culpo- Dijo mientras agachaba la mirada mientras suspiraba con suavidad.

-No, Ochako sé que lo lamentas y Ashido no te odia, platicaré con ella ¿Está bien? Entiendo tus razones-

La castaña movió la comisura de sus labios de oreja a oreja con dulzura, formando una sonrisa sincera y de agradecimiento mientras sus ojos emitían un brillo inimaginable.

Lista de ingredientes:

2 tazas de confianza.
2 tazas de comunicación.
3 piezas de afecto.
✓1 cucharada de ternura.

El postre, está en proceso

La adicción continua

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Orasi ya empezó el romance, continuaré así osiosi.

Esta historia va para largo, espero no se aburran con tanto desarrollo, ah~

Lo escribo con mucho amor, así que muchas gracias por leerlo 💖

¡Nos vemos a la próxima!

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