Capítulo Nueve: Recinto A9.

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Damián

Me remuevo sobre una suave y cómoda superficie, mi rostro se contrae al recibir una fuerte luz sobre él, junto al extraño ambiente completamente silencioso percibo el cantar de unas aves y esa es mi señal para sentarme de golpe en la cama. ¿Dónde estoy? Mi ceño se frunce al recorrer mi nuevo y extravagante entorno, estas no son las cuatro paredes de la diminuta habitación donde estaba, esto es... amplio, limpio y cómodo. Miro la pared de en frente que es un gran ventanal con vista a un enorme bosque, mi cama está en el centro, una mesa de noche con una lámpara y a unos cuantos metros a la derecha otra cama exactamente igual con Atreus dormido sobre ella, luego a la derecha una puerta misteriosa, a un costado de la puerta un clóset y al fondo de la derecha otra puerta.

—¿Dónde estamos? —observo al rubio con una mirada confundida al recorrer su entorno desde la cama.

Me alzo de hombros saliendo de la cama rumbo a la puerta junto al clóset, la abro sin pensarlo demasiado y doy un vistazo a su interior. Es el baño, uno amplio y limpio, cierro la puerta para acercarme a la otra, pero esta es golpeada suavemente, me apresuro a abrirla y mi ceño se eleva al ver a Aisha al otro lado.

—Veo que ya despertaron. —comenta mirando su tablet y presionando algo en ella—. Les pido que bajen a la sala de estar para hablar sobre las reglas y lo que harán aquí.

Dicho eso, se aleja caminando fuera del pasillo a golpear la puerta de al lado. Entonces somos unos de los últimos en la fila de habitaciones. Cierro la puerta y me giro a mirar a Atreus que está abriendo las puertas del clóset, uno completamente vacío.

—Primero nos duermen con ese gas gris y ahora no tenemos ropa, ¿qué sigue? ¿lavar la ropa en los inodoros? —se queja girando sus ojos.

—Tenemos que ir a la sala de estar. —le comento señalando la puerta con mi pulgar desinteresado—. Necesito un favor.

—¿Qué clase de favor? —pregunta sentándose en mi cama y me mira atento.

—¿Puedes averiguar sobre Vlad?

—¿Qué hay con él?

—Thomas tiene la maldita corazonada de que ese chico es el más interesante entre los pertenecientes al grupo. —comento cruzando mis brazos.

—Quieren saber sus habilidades. —su tono bien puede ser una pregunta, pero se acerca más a una afirmación. Asiento—. No prometo nada, pero puedo intentarlo.

—Gracias. —le digo soltando un suspiro aliviado.

—¿Por qué tu hermano tiene tanto interés en saber de él? —cuestiona y palmea el sitio a su lado para que me siente junto a él, lo hago mirando al frente—. Su plan es escapar de aquí, ¿cierto? —asiento. Ocultarle las cosas a Atreus es un caso perdido— Cuenten conmigo, este lugar me cansa mentalmente, quiero regresar a casa.

Asiento. Más personas se unen al inestable plan que no tiene forma entre nosotros, pero se puede lograr, ¿cierto? O ¿me estoy dejando llevar por el positivismo que desborda Thomas? Agito mi cabeza un poco. Su idea de que todos escapen de aquí sanos y salvos como escena de película de acción está muy lejos de nuestra realidad, no será de ese modo, es imposible.

—Escaparemos todos. —afirmo mirando la puerta.

—Eso dice Thomas.

—Y eso deberíamos de creer.

—Es imposible. —asegura Atreus levantándose de la cama—. No sabemos qué nos espera al cruzar esta puerta, tampoco lo que viviremos y no tenemos ningún contacto dentro de los organizadores del proyecto para que nos ayude.

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2022 ⏰

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