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Y allí estaba Shinsō camino a la UA, como había prometido a su padre. ¿Quién lo diría no? Hitoshi era dominado por dos personas, aunque la última no es admitido por el de cabellos morados. Por más que lo negase, de todos modos estaba de rodillas frente por chico de orbes jade.

Paso sus dedos por su cabellos, acción la cual no lo realizaba hace mucho. Parecia que Shinsō había cambiado en solo 24 horas, pero eso no era lo que sucedía, todo aquello solo era determinación.

─¡Shinsō-kun!─Gritó emocionado Midoriya, el nombrado no se volteó ni siquiera dirigió la mirada o se detuvo para investigar que es lo que quería ahora.

De la nada, Hitoshi quedó congelado en su lugar. Recordó la última vez que lo vio, con los ojos llorosos y a punto de derrumbarse sobre el suelo. Al pasar esas escenas por su cabeza, lo primero que hizo fue cerrar los ojos con cansancio y resfregar una de sus manos por su rostro repitiendose una y otra vez;

─Tienes que pedirle perdon, tienes que hacerlo, tienes qué.─Mumuró con molestia, pues no le gustaba pedir disculpas a nadie. Bueno, a excepción de su padre.

El peli verde llego rápidamente a donde Shinsō, quien no había movido ni un pie. El más alto respiró hondo tomando fuerzas de lo más profundo de su corazón, que no es mucho después de lo que sucedió.

─Lamento haberte hecho llorar.─Masculló desviando la vista hacia cualquier lado, el chico de ojos verdes curvo sus labios en gran sonrisa.

Midoriya sintió como su corazón latía a una velocidad anormal, tanto fue su sorpresa que tuvo que llevarse una mano allí para detenerla, cosa que es muy boba pero aun así la hizo.

La imagen que Shinsō apreciaba en frente suyo, podría matar de la ternura a cualquiera. Ver a Midoriya, con las mejillas rosas adornadas con sus peculiares pecas, sin mencionar que la brisa favorecia a los cabellos risados del chico. Y aunque a Shinsō le resultaba hermoso aquella escena, esto no duraría nada ya que un chico de cabellos rojos llego a abrazar al más bajo.

─Kirishima-kun, ¿Qué tal?─Comenzó a decir el chico, el nombrado le regalo una sonrisa que dejaba ver sus afilados dientes y sus rosadas encías.

─Por el momento esta traquilo la cosa.─Dijo con una pisca de sarcasmo, pues no había pasado mucho tiempo desde el enfrentamientos contra la liga de villanos.

El de cabellos morados comenzó a pesar que el estaba siendo un mal tercio, así que no artículo palabra y se marchó hasta dar con su salón, que no quedaba lejos.

Cuando Hitoshi se marchó sin decir nada, Izuku sintió que hizo algo mal, el pensamiento de "Shinsō-kun es un chico muy complicado" llegó a convencer al este. Mala decisión, ya que esa no era la respuesta.

[...]

Cuando hitoshi pisó los mosaicos de su sala, fue recibido por las atentas miradas de sus compañeros, pero como a él no le interesaba solo siguió con lo suyo.

Al estar ya acomodado en su asiento lo primero que se le cruzó por la cabeza fue "¿ahora que harás?", debido a eso gruñó someramente al tiempo que caía sobre la mesa, suspiró de manera violenta, llamando así la atención de los presentes.

Al recordar el anotador, Shinsō se acomodó con rapidez en la silla, asustando a los demás. Y el chico se dispuso a redactar cosas relacionadas con Midoriya, para así, poder ayudar a su padre con su fortalecimiento.






































--♡--
Lamento la tardanza~.

Enséñame a Amarte MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora