Las palabras de Nathan me habían dejado helada, yo entre al instituto hasta el segundo año y lo que pasó en el primero no es de mi conocimiento, al ser la nueva y tímida me convertí en la víctima perfecta de las arpías.
Me miro a los ojos con intensidad, como si buscará saber que pensaba al respecto del tema ¿Pero que podría pensar? Quién creía era el único chico que no había sido colega de Katherine en algún momento lo fue. Respire con fuerza soltando todo el aire de golpe por la boca.
—Bueno... eso es... —mordi ligeramente mi labio, las palabras simplemente no salían.
—Raro, lo sé... Todos en el instituto lo saben, pero desde nuestra pelea...
— ¿Pelea? —lo interrumpí haciéndome un poco hacia atrás.
—Si, el año pasado a ella la acusaron de hacerle bullying a una chica de otra clase. El punto es que esa chica habló conmigo y me mostró pruebas, pero Katherine hizo de todo para no ser acusada, incluso creo que pago a varios chicos para decir que todo era un mal entendido. La confronte y peleamos, ahí fue donde termino nuestra amistad —suspiró, quizá aliviado de haber soltado una carga.
Toda su historia no me parecía alejada de la realidad, si fue capaz de matarme, también es capaz de eso. Di un paso acercándose de nuevo a el tomando su mano. Sorprendido alzó su mirada hasta mi rostro, debería estar impactada, pero se de lo que ella es capaz.
—Eso tiene más sentido, quizá ahora está volviendo a lo mismo ¿No averiguaste por qué lo hace? Ya sabes, maltratar a alguien.
—No, y tampoco encuentro una hipótesis.
—Tendre cuidado.
—Eso espero, no me gustaría que te pasará lo mismo que a Lynn...
—Tranquilo, no lo pasará —no de nuevo.
[ . . . ]
—Hay Ishara... Sabía que no era buena idea que dejaras de estudiar en línea.
—Mamá, que una chica sea psicótica y me haya agredido no quiere decir que todos los alumnos del instituto lo son, además, necesito relacionarme con gente de mi edad. Así rodeada de maquillistas, coreógrafos, directores, ejecutivos, unos amigos no hacen daño —me cruce de brazos inconforme.
—Pero ya tenías amigos de tu edad.
—Si, los tenía, pero todos eran famosos como yo. Y la mitad de ellos solo acercan hipócrita mente.
—Ishara, no dejaré tu seguridad como un tema que quede en segundo plano —puso una de sus manos sobre mi pierna, de inmediato me gire hacia ella mirándola a los ojos.
—Mi seguridad no está en segundo plano. Tengo 17 años, se que está mal y que está bien. Llevo años rodeada de guardaespaldas que me hacen prisionera en una jaula de oro. Finalmente puedo vivir como alguien normal ¡Y no permitiré que me arrebates eso!
Enfurecida, salí del auto cerrando la puerta con fuerza. Comencé a caminar hasta la puerta de casa mientras pasaba mi mano por mi cabello con insistencia.
— ¡Ishara!
— ¡No quiero hablar! —entre y corrí hasta las escaleras subiendo al segundo piso.
Entre en mi habitación y cerré la puerta con llave. Suspiré y baje mi bolso dejándolo en el suelo, necesitaba una excusa congruente para querer seguir en el instituto, y el drama de una artista ahogada por la fama nunca fallaba.
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Dolor reencarnado.
Teen FictionEvelynn sufría de maltratos, acoso y agresiones por parte de un grupo de chicas de su instituto. En una de sus tantas agresiones muere por culpa de ellas, pero no era su tiempo aun. Su alma reencarna en el cuerpo de otra chica muy distinta a ella. A...