Atentamente, te odio®

capítulo 6

Era frustrante.

Esto realmente era incomprensible para él, pensó que al recordarle una de las tantas cosas que hacían antes de detestarse a muerte la haría recapacitar y no que se pondría histérica casi al borde de atacarlo.

Parece que cosa que dijera el cientifico era como una acuchillada para ella.

¿Donde hay un psicólogo o un terapeuta cuando pasan estas cosas?

-Espero estén listos. -interrumpió el robot entrando a la cabaña. - Y ¿Tu compañera? -preguntó por que a simple vista parecía que el cientifico estaba solo. -

Flug le señaló el baño.

-¿Cuanto lleva ahi? -pregunto el menor. -

-Ya un buen rato. -respondió y se rasco la nuca por debajo de la bolsa. -

-¿Discutieron? -pregunto acercándose a él. -

El solo le cabeceo un sí.

-Iremos a una terapia con un Psicólogo para que ambos hablen sobre ello, -le dijo. - ya la sacó de ahí para que vayamos. -agregó. -

-No creo que sea buena idea, 184. -comentó sin moverse de la cama.-

El pequeñin hizo caso omiso, se dirigió a la puerta del baño y intento abrir la puerta pero, estaba cerrada con llave.

El pequeño robot sacó una llave y abrió la puerta y encontró a la chica en posición fetal en la bañera.

-Demencia, -la movió y ella no dijo nada. - ¿Estas bien? -le preguntó. -

-Si. -respondió en voz baja pero, no lo suficiente para no ser escuchada. -

-Vamos a su primera terapia y necesitamos que vengas.

-No quiero ir. -pronunció con la voz quebrada. -

-Lo siento. -respondió. -

La tomo en sus brazos y rapidamente la saco de la baño y cerro la puerta.

-Tienes que ir, ambos deben. -recalcó y la puso en el suelo. -

-Que molesto eres. -se quejo y se puso de pie con la cabeza baja. -

Tenía un dolor de cabeza bastante fuerte y se ojos y garganta ardían.

Tenía mucho tiempo haciendo esto, llorando a escondidas, nadie se daba cuenta por que nadie le ponia importancia en la mansión pero, en ese lugar era casi inevitable que no se dieran cuenta.

La rabia, decepción y frustración que sentía solo podían ser sacados de esa manera.

Sentía que nadie en la mansión estaba para ella.

Black Hat la evitaba a toda costa, no le hacía el mas mínimo caso, Flug antes era su amigo y ahora era su enemigo a muerte y 5.0.5 vivía para darle de comer a los pajaros que se acercaban a la mansión.

Y ella estaba por su cuenta, se sentia un estorbo.

Desde esa pelea lo único que podia ver reflejado en la vista de su compañero era frustración.

Lo único que pasaba por la mente de esta era que le había perdonado la vida por que sí y que la trataba un poco bien por lástima y no por que le agradara o la viera como una amiga a como ella lo hacía con él.

-Vámonos antes de que sea tarde, -sugirió el pequeño. - siganme. -les ordeno. -

Ambos siguieron a 184, habían explosiones y gritos por todos lados a su alrededor.

En todo el camino ambos llevaban la cabeza gacha, Demencia se sentía pésimo, no tenía ganas ni de salir del baño pero, no le quedo de otra que estar caminando a la terapia con Flug a su lado.