capítulo 4

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Eran las tres de la mañana, el sol aun no había salido por lo tanto la oscuridad cubría toda la mansión.

Demencia estaba en su habitación despierta esperando a que ya fuera hora de ir al campamento.

No estaba molesta por irse, estaba mas bien pensativa, algo raro de ella.

Estaba hechada en su cama cociendo el muñeco de Flug, despues de que le quito la tijera que le había clavado tenía un gran agujero y le daba pereza hacer otro.

Se preguntaba si iba a tener que compartir cama con Flug o si cada uno tendría su cama en el campamento.

Solo una vez habia ido al campamento y como buena amante del caos y el sufrimiento le habia gustado pero, ahora las cosas habían cambiado.

Ahora sería ella la que recibiría todos esos castigos y regaños.

-Por que no nos envía a cada uno por otro lado. -refunfuño. - No creo que pasar mas tiempo juntos haga la diferencia. -siguió quejándose y corto el hilo con sus dientes. - Y ahora tendré que verte la bolsa desde que amanezco. -le dijo al muñeco como si fuera el cientifico. -

A como siempre lanzo el muñeco a una esquina de su cuarto.

Por mucho que intentaba no podia dormir, habían muchas cosas en su cabeza y no las podia ignorar.

Flug estaba en el laboratorio con el equipaje que le habia dado su jefe.

No queria irse de la casa y dejar a 5.0.5 así.

Estaba haciendo un sueter muy grande para mientras su pelaje crecia.

-5.0.5 -le dijo acercandose al oso que estaba intentando dormir cubierto sobre una gran sábana azul oscuro. - Sal de ahí, te tengo un regalo. -insistió. -

EL oso asomó su cabeza por la sábana, el pobre se sentía muy mal por no tener pelo.

-No te daré tu regalo hasta que salgas por completo.-le regaño de una manera gentil. -

El oso con pena se quito la sábana de encima dejando al descubierto su piel rosado pálido.

-Mira. -le mostro feliz un inmeso sueter celeste con una capucha que tenia una flor amarilla. -

El oso se emociono y de inmediato se puso el suéter con ayuda del científico que para él es como un padre.

-Baawwrr. -soltó felizmente y luego lo abrazo. -

-Estoy feliz de que te haya gustado. -le correspondió el abrazo. -

El oso le proporcionaba mucha tranquilidad y lo calmaba, tal vez el hecho de que era tan tierno y apapachable hacía que fuera tan reconfortante.

-No hagas enojar a Black Hat mientras no esté. -le recomendo y se separo de él. - Cuando vuelva deberias de estar igual de peludo que antes, espero que todo mejore. -le dijo mientras veía la hora. -

Ya iban a ser las cuatro y el sol ya debía de estar saliendo.

-Bawwwrr. -solto con un tono triste. -

-Volveré, no te preocupes. -le acaricio la frente encima de la capucha del suéter. - Te quiero gigantón.

El cientifico tomo sus cosas y salio del laboratorio para dirigirse a la puerta principal de la casa.

Estaba muy cansado, no durmio nada en toda la noche asi que estaba esperanzado a dormir un poco en el largo viaje.

-Hola, Flug. -le saludo su jefe apareciendo frente a él. - Es bueno saber que aun hay subordinados a quedar bien con sus jefes. -comentó el al verlo listo. - ¿Demencia? -pregunto al ver que solo estaba a la vista. -

-Ni idea, señor. -respondió.- Sabe bien que yo no me relacionó con ella.

El ente gruñio molesto, esta situación de odio entre Flug y Demencia se le había salido de las manos y se sentia arrepentido de no haber corregido a sus empleados antes.

-¿Que coño fue lo que pasó? -le pregunto molesto. - No es como que antes se amaran pero, se toleraban y ahora no pueden ni verse sin gritarle al otro hasta de lo que se va a morir. -le dijo como regaño. -

Flug estaba a punto de responder pero, fue interrumpido por la brusca presencia de su compañera.

-Buenas. -exclamo sin volver a ver a su compañero de trabajo que tenia al lado. -

El ente arrugo el ceño al ver la escena.

-Ustedes son caso clínico. -comentó al ver que ni siquiera se volvían a ver a pesar de estar tan cerca.-

Eso, eso es desprecio de verdad.

-Ya que ambos estan aquí dentro de poco pasará el bus del campamento para llevarlos, -les dijo seriamente. - sera un viaje de dos horas y recuerden que se quedarán un mes si es que realmente mejoran su tolerancia el uno al otro, si no llegan a avanzar ni un poco pasarán más tiempo y ambos perderán su empleo por que yo no planeo estar aguantando sus berrinches sin que ni para qué. -los amenazo para que entendieran que esto no era un lindo paseo fuera de la mansión. - ¿Alguna duda, bastardos?

Ambos cabecearon un no.

-Muy bien, salgan, -les ordeno. - el bus no debe de dilatar y recuerden que su trabajo esta en juego. -recalco y desparecio. -

-Espero lo hayas escuchado. -le dijo el científico a la chica por que ella ha sido la que ha causado mas problemas en la mansión. -

-Por supuesto que lo hice, tarado. -le respondió de inmediato mientras ambos salían de la mansión hacía la calle donde esperarían el bus. - No soy sorda, imbécil.

Apenas se están viendo y ya se estan insultando.

Amor del bueno.

-Ya inicias, lagarta. -comenzo a seguirle el juego. - Yo solo te dije algo simple y ya me estas trarando como si fuera una escoria o algo por el estilo.

-Mejor no me hables -le recomendó ya con un tono molesto. - ¿Te parece o se te hace muy difícil ignorarme?

El cientifico solto una risa al escucharla.

-¿Acaso escuchas lo que dices? -le pregunto mientras se detenían en la cera para esperar el bus. - Yo te estoy ignorando y tu vienes y destruyes mis cosas solo por que sí y ya, dime si podrias ignorar a alguien si destruye tus cosas. -le echo en cara lo inútil que había sido su argumento.-

-Como sea. -respondió por no dejar, el cientifico la había puesto en su lugar lo quisiera admitir o no.-

Wooooouu
Esta es la ultima parte del especial, me hubiera encantado hacerlo mas largo pero, estoy corta de tiempo y estoy haciendo especial en otros dos libros.

Espero les haya gustado,
Saludos desde Nicaragua,
Nash Maquiávelo.

Atentamente, te odio®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora