capítulo 3

2.8K 210 272
                                    

Estimada compañera insoportable de trabajo,
¿Te acuerdas de lo que dijo el jefecito?
Eso de que si teniamos una pelea mas nos ibamos a terapia al campamento de villanos ¿Te acuerdas?
Entonces, no deberias seguir destruyendo mis cosas y yo las tuyas,
Por que ni tu ni yo soportariamos un mes juntos.

Comportate o nos iremos al infierno ambos.

Con desprecio, Flug.

Atentamente, te odio y yo me comi tus galletas Oreo junto con 5.0.5

-Maldito oso vendido. -maldijo la pelobicolor. - Ya no lo soporto.

Tomo su muñeco de trapo de Flug y lo atraveso con una tijera y luego con unas navajas de afeitar que por lo general usaba para rasgar su ropa o para practicar al tiro al blanco en la pared.

El cuarto de Demencia tenía dos secciones, la numero uno es una pared llena de cosas de su jefe con brillantina y corazones y la segunda es la pared con mensajes de odio y fotos rayadas del cientifico, algunas tantas fotos con las navajas de afeitar o con tijeras encrustadas y la infallable esquina donde lanzaba el muñeco de trapo que estaba basado en el científico y siempre tenía mas de una sola cosa clavada.

En secreto Flug y Demencia seguían peleando, mandandose cartas de odio y destruyendo las cosas del otro pero, para que su jefe no se diera cuenta procuraban no hacer alborotos.

Pero, después de tanta destrucción y odio no es posible que la paciencia aguante tanto.

En especial la de ellos.

El científico después del desastre en su habitación y la destrucción de su preciada colección aprendió la lección y puso el mismo sistema de seguridad en su habitación y por si había algun inconveniente (que efectivamente asi fue) escondió todo lo de valor en una caja fuerte que primeramente estaba en el laboratorio pero, luego lo penso bien y la guardo en el sótano.

Con mucha pero, mucha dificultad logro completar su colección después de tanto re buscar en amazon, mercado libre y marketplace logro hacerlo.

Tambien pudo recuperar ciertos fragmentos de los planos que Demencia destruyo, así que no se perdió todo.

Por suerte.

Pero, estaba decidido a vengarse de la chica, no iba a perdonar lo que hizo tan facilmente en especial si ella seguía intentando destruir sus cosas.

Y también recibiendo esas estupidas cartas de odio.

En las ultimas semanas las bromas de mal gusto de él hacía ella o viceversa no eran exactamente de mal gusto o pesadas, eran mas bien bromas tolerables y bastante básicas como poner el azúcar en la sal o poner cuerdas (o hilos finos) en las entradas de ciertas partes de la casa para que se cayeran o les cayera cabezas de pescados encima.

Bromas normales.

Pero, a pesar de que no habia dia del mundo en que no se acuerden lo mucho que se repugnan y se asquean, eso no era suficiente.

O al menos no lo era para Demencia.

Sentía que debía de ser mas clara con sus sentimientos hacia el de la bolsa.

Y por que no hacerlo, ya que él ya lo había hecho también.

-Demencia, eres un genio. -se dijo así misma, se le había ocurrido una excelente idea o almenos para ella lo era. -

Tomo sus "herramientas" para su travesura y poner manos a la obra.

Era un hecho que esos dos iban a terminar en ese campamento despues de eso.

Unos momentos después.

El oso interrumpio con su llanto el trabajo del cientifico que el verlo quedo atónito.

La mayor parte del pelo del oso no estaba, originalmente el oso es de color celeste y de repente ahora era de color rosado palido y con unos pequeños parches de pelo celeste y la flor de su frente no estaba.

El oso lloraba y no dejaba de llorar, el cientifico lo consolo y por dentro quiso tener una pistola y matar a la chica.

-Juro que no dejaré que te pase nada, -le dijo. - de ahora en adelante no dejaré que nada te dañe.

Ya no sabia si se sentia furioso o triste por lo pasado.

Flug habia inventado muchas cosas, la gran mayoria de ellas no fueron ni por cerca lo que realmente debían de ser.

Y entre ellas estaba el oso, primero había planeado que fuera una gran máquina asesina, despiadado y sin alma pero, resulto todo lo contrario.

Y enves de frustrarse por ello y destruirlo quiso tenerlo, no podía hacerle daño a algo tan bonito y amoroso como él.

Era como un hijo para él.

-Ya lo arreglo. -le dijo con seriedad y se aparto de él para salir del laboratorio. -

Todo el pasillo estaba lleno del pelo del celeste y esa imagen solo alimento mas la rabia del cientifico.

-¡TE ODIO DEMENCIA! -grito lo más fuerte que pudo haciéndose notar por todo el lugar. -

-¡YO TAMBIÉN TE ODIO! -grito en respuesta la chica que de la nada estaba caminando hacía él. -

Ambos estaban frente a frente con el rostro plagado de odio el uno al otro.

-¿Que les dije? -se escuchó el susurro de la ronca voz de Black Hat cerca de ellos haciendo que se les pusiera la piel de gallina a ambos. -

Apareció en medio de ellos y fijo su vista al pelo celeste que cubría el pasillo.

Rio en bajo y volvió a ver a Demencia fijamente.

-Un mes fuera de aqui, payasos, -le dijo y luego dirigió su vista al científico. - mañana temprano ustedes dos estarán en el campamento. -termino de hablar y luego chasqueo sus dedos haciendo aparecer las maletas de ambos de sus empleados. - Nos vemos en un mes. -añadió y chasqueo sus dedos de nuevo desapareciendo de la escena. -

Ambos se quedaron ahí, viéndose el uno al otro.

-¿Esto era lo que querias? Ya has de estar contenta ¿No? -soltó él. -

Ella no respondió y el tomo sus maletas y entro al laboratorio.

Si, que la habia cagado.

La chica tomo sus cosas para ir a su habitación.

Sabia que esto tarde o temprano iba a suceder pero, por alguna razón pensó que el científico aun podia aguantar un poco mas.

Se equivoco.

Aqui les dejo una parte de mi especial por mi cumpleaños,
Para mis seguidores esta es mi manera de agradecerles por apoyarme tanto en esta plataforma y también quiero decirles que estoy haciendo otro mini especial en otros dos libros.

Exactamente en "Polos Opuestos" (rayita con Black Hat) y "Pinceles" (rayita con Alan Ituriel)

Bueno, eso es todo,
Saludos desde Nicaragua,
Nash Maquiávelo.

Atentamente, te odio®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora