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Después de pensar tanto lo que Dora había hecho me quedé dormida aun con algunas lágrimas en los ojos y a la mañana siguiente vi una carta en mi velador

~Quería hermana , me encantó estar en tu gran mansión con tu prometido,
Te agradezco por todo y si alguna vez quieres verme y hablar hermanita búscame en la casa de Edward, ahí me encontrarás
Te deseo lo mejor y prometo invitarte a mi boda con Edward.~

Apenas leí la carta que aparentemente Dora dejó en mi pequeño velador las lágrimas no se hicieron esperar y empezaron a salir de mis ojos, me sentía horrible y las ganas de lloran y gritar no se desvanecían
¿¡Enserio planeaba casarse con Edward?!

¿¡Que tan lejos podía llegar Dora al no conseguir lo que quería!?

¡Malditasea! Dora no tiene límites y nunca los tendrá

Fui interrumpida de mis pensamientos l escuchar abrir la puerta era Sebastián, le sonríe amablemente limpwiándome las lágrimas que tenía en mi rostro

- Señorita (T/N) el año Ciel la espera abajo para desayunar juntos

- Enseguida voy Sebastián

Dicho esto Sebastián salió mi habitación llevándose un poco de ropa sucia y Fue ahí cuando recordé la última vez que Ciel y yo desayunamos cuando me echo todo el té que le preparé cerca de mi clavícula

Que bellos momentos ¿no?

Baje en silencio como siempre y una vez en el gran comedor Ciel me miro con desaprobación por llegar tarde al desayuno

- Sientate - dijo cortante y frío

Me senté y Ciel hizo que Pasaran los platos del desayuno y aunque su mistada está fija en mi yo simplemente lo ignoraba
No teni ganas de discutir con Ciel y menos si iban a discutir por el mismo tema  de siempre

~ Edward ~

Cᴏᴍᴘʀᴏᴍᴇᴛɪᴅᴏs [Cɪᴇʟ ʏ Tᴜ] Pausada //En Edición//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora