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Sebastián se iba acercando poco a poco hasta estar frente a la casa de la muchacha, que, despistada no se dio cuenta de la presencia de este demonio mayordomo.

— Vaya, pero qué linda casa — Dijo Sebastián, con un tono amable, una vez frente a la chica la cual sobresaltada, se giró lentamente hacia el demonio que yacía sonriendo.

— M-muchas g-gracias — Dijo (T/N) con algo de nerviosismo al darse cuenta de que un mayordomo de la nobleza estaba parado en frente de ella.

Con solo ver su porte, escuchar su tono de voz o ver sus vestimentas y carruaje, te darías cuenta de que este le pertenecía a un burócrata o aristócrata.

— Dime ¿No sabías que venía un mayordomo a buscar dama para casarse con el Conde Ciel Phantomhive? — Preguntó algo confundió viendo las vestimentas de la chica, se encontraba algo desarreglada y poco le importada el alboroto del pueblo.

— Y-yo pues la v-verdad... sabía que vendría pero, ya estoy comprometida — Dijo (T/N) con una gran sonrisa mostrando sus blancos dientes.

Sebastian simplemente se limitó a sonreír, le tomó por desprevenido enterarse, seguramente la chica debía estar comprometida con alguien de su mismo pueblo.

— Es una pena... parecías un buen partido para el Conde Ciel Phantomhive — Sebastián estaba convencido de lograr que la dama se fuera con él a la mansión.

— Lo lamento tanto pero ya estoy comprometida — Hablo más firme, ¿el mayordomo acaso quería  "convencerla" con simples palabras?

Se miraron algunos segundos. Definitivamente esta era la mujer perfecta para su joven amo, un simple "ya estoy comprometida" no detendría al mayordomo demonio.

— Quisiera hablar con sus padres, ¿señorita...?— La confianza que Sebastián tenía era infinita, sabía que con ofrecer dinero a los padres de la dama y algunos terrenos, tendría su mano.

La descoloco por completo la petición del mayordomo, aún así sabía lo que este haría, y estaba confiaba de que sus padres se negarían, después de todo... sus padres preferirían que su hermana fuera la esposa de un aclamado conde.

— Señorita (T/N), Soy (T/N) — Respondió ella inclinando su cabeza un poco, su cabello se balanceó con cuidado al mismo tiempo que su cabeza.

— Lindo nombre... ¿Puedo? - Pregunto Sebastián aún sonriendo.

— Ah...claro no veo el problema — Hablo nerviosa (T/N), abriendo la puerta.

Al entrar a la pequeña casa, vio a un hombre de unos cincuenta y tantos años sentado en la mesa de aquella casa y una mujer de unos cuarenta años, tal vez cocinando.
Los saludo formalmente y pidiendo hablar con ellos, inmediatamente aceptaron.

Una vez Sebastián les contó todo el plan del conde Ciel Phantomhive, ellos se asombraron pero rechazaron la oferta pues su hija estaba comprometida, ofreciendo incluso a su hija mayor quien no se encontraba. (T/N) simplemente estuvo en silencio todo el tiempo, con la cabeza gacha y sus manos en su regazo.

Sebastian, viendo que probablemente sería rechazado, decidido usar su "plan B"

— ¿Están seguros de que no piensan comprometer a la señorita (T/N) con el Conde Ciel Phantomhive...? — Habló condescendiente, los padres de la misma se miraron intrigados, el tono de voz del mayordomo indicaba una propuesta, (T/N) levantó su cabeza — Es una gran oferta, será la esposa del conde y por ende ustedes tendrán grandes beneficios por ello... se les dará 500.000 libras esterlinas, por cada mes, claro que como les dije antes, este es un acuerdo nupcial, ustedes podrán agregar términos, como... ¿propiedades, joyas... tal vez?

Cᴏᴍᴘʀᴏᴍᴇᴛɪᴅᴏs [Cɪᴇʟ ʏ Tᴜ] Pausada //En Edición//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora