A través del papel

Esperar

Algunas personas se pasan la vida esperando, muchas de ellas ni siquiera saben a qué, aun así lo hacen. Yo soy una de esas personas.

Hay muchas formas en la que esta palabra puede cobrar sentido: puede ser algo positivo, algo que albergamos dentro cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles en nuestra vida, algo con lo que la piedras que encontramos en el camino no nos parecen tan difíciles de apartar, este algo al que me refiero es la esperanza.

Sin embargo, no es lo mismo esperar algo que esperar a algo. La enfermiza espera a que pase lo que ansías que pase, la espera con la que soportas los duros golpes de la vida, esperar a un cambio, a un consejo que nunca llega, esperar, esperar a la esperanza.

Yo soy una de esas personas. Me limito esperar sin saber a qué o a quién, soy cobarde porque solo espero, espero a que acabe y no lucho por que lo haga, espero al amor, así como espero la fuerza para enfrentarlo; espero a una aventura, a una motivación, a una salida.

Esperar en vez de crear. Crear, una palabra aparentemente fácil de entender, pero difícil de ejercer en ocasiones, una palabra tan llena... ¿Por qué perder el tiempo en esperar cuando puedes crear?

Los valientes crean, los valientes crecen, los valientes creen: en sí mismos, en los demás, en que hay solución. Creer es sinónimo de esperanza, no de esperar.

Yo soy una de esas personas, crezco cada día en cuerpo y mente, creo palabras que expresan sentimientos, creo música, creo en mí. Aun así continuo creando espera, y lo que no creo son logros, me gustaría tener la certeza de que esto va a cambiar, pero hasta entonces tendré la esperanza de dejar de esperar.