Llorarlo todo, todo lo que tienes, todo tu ser, todos tus defectos. Llorar la obligación, llorar la responsabilidad, la vergüenza, el temor, el amor, la impotencia. Llorar por derecho, llorarle a él, llorarte a ti, llorar el llanto.
Es todo lo que necesitas, sin embargo, tus ojos se niegan a producir una sola lágrima, a pesar del nudo en la garganta, a pesar del sentimiento y a pesar de los motivos. Gotas que empapen todo lo que se ha quedado poco a poco dentro de ti, todo lo que está acumulado y lo que queda por acumularse.
No para, la vida sigue, son muchas veces las que te has levantado sin ayuda, y eso ha quedado grabado a tinta y fuego en tu piel; cicatrices, heridas de vida, de fortaleza. Esta vez es diferente, te falta voluntad, motivación, pasión; tan simple y tan complejo como el amor. Sabes que el amor mueve el mundo, pero no el tuyo, una palabra muy pequeña y muy amplia, a veces cargamos tanto peso a cosas tan frágiles...
Es momento de cansancio, de tristeza, de llanto. Llora en silencio, llora a viva voz, llora con el corazón, llora el dolor y la pena, extingue el sufrimiento llorando. Llorar; simple, sencillo. Llorar el llanto.
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A través del papel
PuisiPalabras, rimas, reflexiones, pero sobretodo sentimientos. Una continua sucesión de páginas empapadas en emoción, odio, amor, incomprensión... Un tímido intento de entender la vida, y un intrépido viaje por lo más profundo del alma humana. Atrévete...
