Lucid Dreams (#Maytalia)

Capítulo Siete

-¿A que se refería Jacob cuándo dijo que éramos un simple espectáculo para la audiencia?- pregunté a Natalia, recordando lo antes dicho por Jacob, mientras caminábamos hacia el laboratorio.

-Otra cosa que tienes que saber sobre nosotros es que la gente disfruta ver cuando nos matan o lastiman, efectos de la droga- explicó ella mirando fijamente el camino que recorriamos.

Luego de las castas palabras de Natalia, atrase un poco mi caminar para poder andar al lado de Laura, quién me sonrió alegremente al verme. Luego de lo que pareció una eternidad, llegamos al laboratorio más, nos agachamos para poder recordar el plan.

-Mayden entra al laboratorio y pide un recorrido completo, ve todo lo que ocurre y hay dentro mientras esperamos aquí. Si todo sale como lo planeado y no hay errores ni fallas, saldremos airosos de aquí, con información sobre el centro y una forma posible de sacar a Isaías de allí. Y Mayden, recuerda, respira por la boca, si te obligan a respirar por la nariz, ya sabes que hacer. Bueno grupo, ¿Que creen? ¿Aún están en esto?- refrescó nuestra mente, Laura. Todos asentimos y me pasaron una muda de ropa de colores llamativos, me la coloqué de espaldas al grupo y al voltearme, todos me miraron sonrientes. No comprendía sus miradas hasta que Natalia habló.

-Vas a pasar perfectamente como uno de ellos. Actúa como eres cuándo estas despierto pero, sin estrés ni ansiedad incluida- terminó con una pequeña risa más, contesté inmediatamente.

-Lamentablemente, viene incluído con el paquete- todos, incluyendo a Natalia, rieron junto a mí.

Mientras caminaba al laboratorio con calma, veía mi vestimenta. Traía una camisa de manga corta azul difuminándose a blanco, sin diseño alguno. Mi pantalón era corto, hasta la rodilla y de color negro, de igual manera traía enganchadas unas gafas de marco negro y cristal azul en el cuello de la camisa, cuales retiré de esta. Luego de mirarme en el reflejo de estos, alboroté mi cabello con mi mano más sonreí con aires de grandeza, trayendo al Mayden que sería necesario para esta misión.

-Buenas, quiero el tour completo- dije quitándome los lentes en la mesa de entrada. Cuando la chica me entregó el pase, sonreí para luego agradecerle y pagarle.

Caminé tranquilamente por los pasillos del laboratorio hasta encontrar al guía del grupo; siempre con los labios entre-abiertos para poder respirar atraves de ellos. Lograba ver los conductos que soltaban aquella droga en estado gaseoso.

-Bueno, estamos llegando al área de vegetación, acá tenemos fauna y flora por partes iguales. Gracias a ellos tenemos este aire fresco fantástico, vamos, llenen sus fosas nasales de este asombroso aire natural- incitó el guardia y sonreí negando. Los estaban drogando y ellos ni cuenta se daban. El recorrido siguió, al llegar a un pasillo largo escuché unos gritos rogando por ayuda. Miré al lugar de donde provenía y pude ver a Isaías tras una puerta con una ventana estúpidamente pequeña. Miré a mi alrededor y nadie se percataba del grito del chico peli-azul. Le hice una seña para que esperara y seguí el recorrido. Llegamos a otro pasillo pero, de cristal, y logramos ver un cartelón que decia "farmacéutica" sobre una puerta, habían dos hombres vestidos de color naranja frente a la entrada sin permitir entrada a los no autorizados, nadie se percató tampoco. El tour dió por finalizado y aprovechando que no había nadie para detenerme, regresé por Isaías. Abrí lentamente la puerta pero, error, comenzó a sonar la alarma. Inmediatamente corrimos por los pasillos del lugar, siendo rodeados por guardias de seguridad, los conductos de droga estaban en su máxima potencia y tanto Isaías como yo nos sentíamos medio drogados.

-Lucha, hermano- dijo Isaías abalanzandose sobre un guardia para escapar. Por mi parte, hice lo mismo, tratando de defenderme ante todos ellos, viéndome obligado a respirar por la nariz. Los ojos de Isaías comenzaban a cerrarse al igual que los míos pero, el grito de dos guardias preocupó al resto. Nuestro grupo, enmascarado, estaba allí con dos guardias como rehenes.

-Sueltenlos- gritó Natalia apuntando con un arma a su rehén y los guardias hicieron caso al ver que tenían a sus compañeros. Isaías y yo corrimos a la salida, tosiendo por la fuerte intoxicación.

Todo se fué en negro para mí.  Al despertar, mis ojos se sentían pesados y me sentía como desinflado. Como pude, miré a mi alrededor, estaba en el centro de las casitas.

-Mayden, ¿estás bien?- sentía la mano de Natalia acariciar mi cabello lentamente.

-Sí, supongo que sí- dije sin lograr abrir los ojos, más, con la boca seca- me siento vacío, casi no puedo hablar y no puedo abrir muy bien los ojos.

-Está bien, tranquilo- se formó un silencio bonito entre ambos, ella lo rompió- gracias por salvar a Isaías, aún cuando no estaba en el plan. Creeme, hemos estado allí miles de veces y es horrendo. Isaías está bien, soportó la dosis bastante bien, mientras que, al ser tu primera vez, te desmayaste. Nos habiamos preocupado Mayden, tenía miedo- confesó ella, aún sobando mi cabello mientras yo trataba de abrir los ojos correctamente.

-¿Cuánto tiempo dormí?

-Lo necesario para preocuparme- dijo ella y rió, yo sólo tuve fuerza para sonreír con desgano.

-¿Cuánto es necesario para preocuparte?

-Lo que quedó del día de ayer, toda la noche, toda la mañana y parte de la tarde- comentó Natalia sonriendo.

-Wow, lo dices así y parece mucho- ambos reímos

-Admito que te luciste allá. Digo, esa entrada fué icónica, ¿y la salida? Ni se diga. Te veías tan despreocupado, parecía que te ibas a comer el mundo. Te veías tan feliz- comentó ella sonriendo con emoción. Nuestra risa fué lo que culminó nuestra conversación.

Cuando me revisaron y notaron que estaba bien, volvimos a casa de Natalia. Una vez allí, nos sentamos como indio en la cama para luego, recostarnos y entablar una leve conversación que terminó en unas intensas miradas y pocas palabras.

-Mayden, te amo- dijo ella y antes de que pudiera contestar, me besó.

-¡Joder!- grité en cuanto desperté con molestia.

Bufé para luego escribir el sueño como siempre. Pasé al baño para hacer mi higiene personal y me vestí para ir a la universidad. El examen de arte sería mañana y hoy haríamos repaso. Con José y Litzy, practicamos todo lo que vendría y hasta lo que no por si las dudas. Un día largo como siempre. Había que admitirlo, mi vida daría una vuelta de 360 grados mañana por culpa de ese examen, solo rogabamos salir airosos de tal situación.