Capítulo Tres

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-Buenos días, correprados- escuché la animada voz de Linn y un leve contacto de sus dedos en mi brazo.

-Linn, ¿Por qué? ¿Por qué a las cuatro de la mañana?- se quejó Natalia bastante malhumorada.

-Mi ciela, relájate. Debemos llevar a Mayden a la tribu y cambiarle esa ropa- dijo él y todos miramos mi vestimenta, era mi pijama; una camisa color vino y un jogger gris oscuro- tiene que vestirse acorde a nosotros o sabrán que el está en un sueño.

-¿Sabrán? ¿Quienes?- pregunté desorientado.

-El batallón contra la rebelión. Aquí hay varios que vienen de la realidad suya, ellos los identifican por la vestimenta. Si se enteran de tí, te buscarán y apresarán- dijo Laury con algo de melancolía en su voz y su cabeza baja.

Luego de comer algunas frutas, bajamos del tren e hicimos un largo recorrido. Llegamos a un tipo de mini-barrio que no se veía de buena reputación.

-¡Aquí vivimos!- dijo Laura emocionada, sonreí y miré a mi al rededor. Las casas parecían cajitas pequeñas, unas sobre otras y con muchas escaleras para poder llegar a las más altas. Se notaba que la construcción era vieja ya que las casas estaban casi descascaradas . Habían varios pasillos que daban para el centro de la pequeña montaña de estas, miré tratando de reconocer que se encontraba en ese espacio.

-Allí dentro es donde comemos, hacemos las charlas y reuniones de la tribu- explicó Natalia sin siquiera tener que preguntar.

-Bueno, las casas están contadas. Te diría que durmieras conmigo pero,  ya hay alguien en mi casita, Laura igual con su madre, Natalia ¿puedes dejarlo dormir contigo?- comentó Linn.

-Claro, no hay problema, mientras no te pases estaremos bien- dijo ella sonriendo.

-Perfecto. Vale, déjame buscar ropa para ti- dijo Linn y comenzó a subir las escaleras, llegando a un piso no tan alto y entrando a una casita morada. Al traerla Natalia habló.

-Vamos a mi casa para que te cambies- dijo Natalia y la acompañé. Subimos muchas escaleras y llegamos a una casita rosa, al entrar miré a mi alrededor- sé que no es grande, pero es- pausó- suficiente- suspiró y sonrió de lado.

-Está bien, es acogedor- a decir verdad, era lindo; sus paredes eran rosa y tenía una cama más un perchero de metal donde tenía ropa de diferentes colores, una de sus paredes estaba decorada con fotos, fotos con Laura y Linn, al final había una puerta que daba paso a un pequeño baño, en el cuál había una pequeña ducha, un váter y un lavamanos. Me dirigí a este para cambiarme de ropa, la camisa me quedaba bastante grande pero, el pantalón me quedaba a la perfección. Antes de salir del baño me miré en el espejo, abrí el grifo y haciendo un cuenco con mis manos para depositar agua, la esparcí en mi rostro refrescandolo.

-Deberiamos conseguirte una camisa de tu talla, esa te queda grande- sentada en la cama, comentó Natalia con gracia. Reí ante su comentario y me senté a su lado.

-¿Donde dormiré?- pregunté tranquilo.

-Si no te molesta, conmigo- dijo tranquila.

-Está bien, no hay problema- comenté y extendí mi mano para que la tomara y pudiera levantarse de la cama; que no tenía cabecera, era simplemente un matre en el suelo. Bajamos a donde se encontraban Linn y Laura, con ellos había un chico de tez color canela y ojos gris, su cabello era castaño y rizo, también en su rostro poseía una leve barba y una gran sonrisa.

Lucid Dreams (#Maytalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora