Me mudaba a un pueblo cerca de un bosque, había ganado una casa amueblada en un concurso que duró 6 años y ni siquiera recuerdo haber participado pero no puedo quejarme ya que no recuerdo nada de mis 20 años para abajo y yo ahora cuenta con 25 años.
La compañía Oglaz fue la encargada de hacer el concurso y me contactó para decirme que había ganado una casa totalmente nueva en un pequeño y pacifico pueblo junto con unas acciones de la misma compañía. Me venía de maravilla pues deseaba cambiar de aires, ya no soportaba la ciudad, quería estar en calma, silencio y tranquilidad.
El Presidente de la compañía en persona fue hasta mi antiguo departamento (en donde rentaba) y me felicitó, entregó las llaves, también un documento donde decía cuáles y cuántas eran mis acciones en su compañía, también un mapa y una memoria para el GPS con la dirección. El Señor Damon Olgraz fue muy amable conmigo a pesar de que los rumores de él decían que era tan frío y malvado como el mismísimo rey del Inframundo.
Conduje por una semana hasta llegar a mi destino, no deseaba vender mi auto y comprar uno nuevo, a pesar de que ahora el dinero me sobra sigo siendo la misma mujer que cree que el dinero no lo es todo y no lo despilfarrar es tan a la ligera.
A través el pueblo que era muy pintoresco y a la vez muy solitario, no había más de unas 30 personas en las calles. Manrje un poco más hasta llegar a una zona privada y me acerqué a la caseta de vigilancia.
-De media vuelta y retire- el guardián y me miró y me echó.
-Disculpe pero a partir de hoy viviré aquí -respondí con molestia.
-Mire, sino quiere sufrir las consecuencias mejor manches ¡ya!- me volteó a ver y sus ojos parecían comenzar a brillar con tono azul medio intenso.
-Él también tiene esa enfermedad- pensé.
Hace unos años atrás descubrí que cuando me enojo demasiado de vez en cuando mis ojos cambian a unos rojos brillantes y la esclerótica pasa de blanco a negro, fui al doctor y me dijó que es una enfermedad rara pero no contagiosa, aún así no deberíamos decir nada de ella las personas que la padecemos.
Me moleste tanto que hice que mis ojos cambiaron también, con el pasar del tiempo aprendí a controlarlo.
-Abre la maldita reja - hable entre dientes y mi voz sonaba un poco más aguda - ¡ahora!
El guardia empalideció y agachó la cabeza como si estuviera ante alguien sumamente importante y temido, hace lo que le ordenó y pasó tranquilamente sin agradecerle, conduzco hasta el final de las calles y llegó a mi destino.
Bajo y veo el lugar, me alegra que no sea uno de esos sitios en donde todas las casas son iguales, estaciono enfrente de mi nuevo hogar dejando mi auto en la calle en vez de dentro de la cochera, deseaba ver la casa por dentro primero.
Observe los alrededores y parecía un vecindario tranquilo, los vecinos no estaban en sus hogares o eso aparentaba pues sus casas se veían solitarias, recorrí toda la planta baja y la planta superior, desde el sótano hasta el ático, el jardín delantero hasta el patio trasero el cual no tenía ni una reja o vaya que lo separará del bosque.
Oí unos golpes desde la puerta principal y salí a ver quién era, casi caigo de espaldas al ver mi jardín lleno de personas, había unos 12 adolescentes y niños junto con 5 adultos.
-Buenas tardes. Mi nombre es Slen Dedrich y vivo en la casa de enfrente con mi hija Samantha, mis chicos Brian, Timothy y Tobías- señaló a cada uno de ellos.
- Yo me llamo Ten Derdrich y vivo en frente a la derecha junto con mis sobrinos Liut, Janin y Jack E. -los chicos mencionados asintieron con la cabeza al oír su nombre.
-¡Hola!- exclamó el de cabellos blancos con alegría infantil - soy Splen Dedeich y soy tu vecino de al lado derecho, mis dos sobrinos viven conmigo - me presento a un niño y una chica- Beneth y Niria.
- Tu estilo de la moda es demasiado casual- gire a ver con una ceja alzada al hombre de lentes- Tren Dedeich, ellos viven conmigo, son también mis sobrinos, Jack L y Heler.
-¡Eh! Princesa, soy el más guapo y sexy de todos, me llamo Ofe Desrich y este muchachito vive bajo mi techo - ala a un chico de cabellos castaños y ojos azules que tenía cara de querer morir en ese instante - Jeffrey es mi sobrino nieto.
-¿Pero qué demonios?...- susurré shockeada por la situación.
Sin siquiera saberlo de esta manera, conociendo estas personas, mudandome este lugar es como comencé mi camino hacia mis memorias, la locura, la sangre, la maldad pero también hacia el drama, las risas... el amor y la pasión, sentimientos que no había llegado a sentir hasta ahora y a pesar del camino doloroso y demente que cruzaré no me arrepiento de nada... por él.
Comencemos con el prólogo, de poco un poco veamos que se forma 😁😁
Nos leemos pronto.
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La Princesa del Inframundo (Slenderman)
Fanfic"Saga: El Amor de Slenderman" "Libro 2: La Princesa del Inframundo" Había perdido la memoria de mis 20 años hacia atrás y actualmente tengo 25, he vivido en una ciudad durante 5 años y ahora me he mudado a un pueblo cerca de un bosque, al p...