Cap 3-. Me conocían

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Todos los Dedrich me miraban con sorpresa al ver qué yo sabía quién era Zalgo y la esposa de Slen pero más me sorprendía yo al darme cuenta que tanto el cuñado de Slen como su mujer estaban dentro de mi cabeza, en mis sueños cuando yo dormía

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Todos los Dedrich me miraban con sorpresa al ver qué yo sabía quién era Zalgo y la esposa de Slen pero más me sorprendía yo al darme cuenta que tanto el cuñado de Slen como su mujer estaban dentro de mi cabeza, en mis sueños cuando yo dormía.

-¿Padre, qué está pasando?- preguntó el hijo de Slen, Sebastián- ¿Por qué mam... mgm gmm mmm...

Los demás hijos de Slen corrieron a taparle la boca a Sebastián y este por su parte los miraba de una forma muy fea y molesta pero cuando su mirada se fijó en mi está cambió a una de preocupación y ansiedad.

-Hijo, te lo explicaré en casa- pronunció Slen después de soltar un gran suspiro- Lilith, ¿Cómo sabes la apariencia de ellos dos?- su mirada reflejaba esperanza.

-Es que... - dude un poco, de pronto sentí que Slen quería ver si sabía más de su esposa... Y por alguna extraña razón eso me oprimió el pecho- yo amm... Su... Sueño cada noche con Zalgo y con ella, bueno... Más o menos, desde que me mudé a aquí hace un par de semana comenzaron los sueños y se hacían cada vez más frecuentes.

Me miraba con algo de intriga y preocupación junto con la esperanza que tenía Slen en su mirada, siento un gran peso en mis hombros Creo que está familia extraña a la esposa, madre cuñada y sobrina, ¿qué haré?

-No se por que sucede esto yo...

-Lilith - me interrumpo Slen - ¿si te dijera que tú y mi esposa eran muy cercanas me creerías?

Mis ojos se abrieron enormemente ¿Yo conocía a la esposa de Slen? ¿Ellos... Ellos ya me conocían desde antes? Mi respiración se aceleró y mi cabeza comenzó a palpitar, no sé si por el golpe o por la noticia que acababa de recibir.

- Lilith cálmate, respira hondamente y con lentitud- tomó mi mano e hizo unas lentas respiración para que yo lo imitará.

Después de unos minutos que a mí ver fueron eternos logré calmar un poco mi ansiedad.

-Us... Ustedes ya me conocían, por eso siempre fueron tan amables, tú... - mire a Slen fijamente- ... Tú siempre acertabas a cada regalo que me dabas, es por qué ya sabías que esas cosas eran mis favoritas... Yo... Yo...

Las lágrimas salían de mis ojos y rodaban por mis mejillas sin control, todos los demás parecían sufrir igual que yo ya que las niñas lloraba amargamente, los chicos quiénes parecían sufrir en silencio y aunque se resistían a llorar apretaban sus puños con fuerza mientras agachaban la cabeza, por otro lado los adultos se quedaron con los brazos cruzados y en sus rostros se marcaba el dolor, la preocupación y la importancia.

Pero el peor era Slen, él no reflejaba nada en su expresión corporal, solo terminaba de curarme, su atención dejo de estar en mi mirada para ver mis heridas solo que lo hizo demasiado tarde, antes de que dejara de ver mis ojos note su agonía, él estaba no solo desesperado, yo podía ver qué si no recuperaba a su esposa podría ser campas de morir.

La Princesa del Inframundo (Slenderman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora