Todo estaba rodeado por unas intensas llamas rojas, a pesar de eso no me quemaban, ni siquiera se sentían tibias las brasas del fuego, una gran nostalgia me invadió al estar entre las llamas, como si siempre hubiera sido así.
Comencé a caminar con calma hasta que me percaté de una figura que se acercaba a mí emergiendo desde el fuego, era un demonio, un demonio con cuernos, piel negra, ojos rojos y escleróticas negras, en lugar de dientes tenía colmillos, traía puesta una capa roja y lo que más llamaba la atención de él eran sus siete bocas alrededor del cuerpo.
-Veo que llegaste con bien - me habló Y en lugar de asustarme, de sentir que sería mi fin y que moriría, mis emociones fueron todo lo contrario- nunca salgas sola de la colonia privada- me advirtió.
-¿Porque?- ladie la cabeza como una niña pequeña.
-Es peligroso- tenía un tono de frustración en la voz- escucha Lilith- me tomó por los hombros -en estos momentos corres un gran riesgo. No confíes en nadie, en nadie más que en el dueño de Oglaz.
Por alguna razón asentí en afirmación, tenía ante mí un demonio, un ser malvado, alguien quién lo mas seguro buscaba mi ruina, pero él me transmitía una extraña paz y confianza que no podía explicar.
-Pase lo que pase, oigas lo que oigas, nunca salgas de la colonia privada sola - recalcó y me soltó dando un paso atrás - debo irme, tu verdadero yo se percató de mi intrusión y está enojada.
Las llamas a nuestro rededor crepitaron con más fervor y violencia cambiando a un color azul, el demonio ante mi desapareció y en su lugar una silueta de mujer con alas enormes, cuernos y largo cabello se alzaba en lo alto volando.
-No importa los años o siglos que pasen jamas le perdonaré lo que nos hizo - su voz exactamente la misma que la mía- siempre he sabido que es un vil bastardo cuando le desea pero nunca pensé que lo sería conmigo.
Las llamas azules la rodearon y desapareció para reaparecer entre ellas otra vez a mi espalda y me susurro al oído.
-¿Cuánto mas te falta para recordar quién eres en realidad?...
Abrí mis ojos lentamente y puede distinguir los muebles de mi nueva recámara, me enderecé y llevé una mano hasta mi frente la cual estaba algo sudada, mire hacia la ventana tras sentir una brisa refrescante, la ventana daba al patio y tenía una bella vista de los árboles del bosque, lo extraño es que no recuerdo haberla dejado abierta.
Me puse de pie y saqué la cabeza para tomar la mayor cantidad de aire limpio posible, en la ciudad no se puede respirar tan placentera mente, baje descalza únicamente con mi camisón de pijama y mi cabello suelto.
Fui a la cocina, tomé lo que necesitaba para desayunar cereal y comencé a comer. Al terminar hice mis necesidades en el tocador, la regadera y en el peinador, ya una vez lista me senté en el sofá de la sala para analizar mis sueños.
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La Princesa del Inframundo (Slenderman)
Fanfiction"Saga: El Amor de Slenderman" "Libro 2: La Princesa del Inframundo" Había perdido la memoria de mis 20 años hacia atrás y actualmente tengo 25, he vivido en una ciudad durante 5 años y ahora me he mudado a un pueblo cerca de un bosque, al p...