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26 de Mayo de 2016

¡Hola! ¡Soy Mark!

Lee Mark para ser más específicos. Aunque muchos me dicen el niño ejemplar, el chico de las excelentes notas, del mejor promedio, el que es capitán del equipo de futbol, el niño perfecto, pero yo no lo creo así, solo soy alguien más.

—Mark, este año tu padre y yo decidimos que si quieres, por tu gran comportamiento y tus excelentes notas, te podemos llevar a cualquier parte del extranjero, la que tu desees, pues, hemos estado pensando y nunca te habíamos dado algo por eso.

Despegué mi vista de la ventana y miré a mi dulce madre. Íbamos en camino hacía una cabaña cerca de las playas. Una vez más mis padres quisieron ir allí para dar un fin en semana en familia.

—Si quieres, puedes dejar ese viaje para cuando me gradué, será para alrededor de 2 años, pero vale la pena.

Lo que menos me importaba era tener viajes, carros, cosas extravagantes, lo único que tenía en mente es estudiar y graduarme para mi madre se sintiera orgulloso de mí. No es que no se sienta orgullosa (Porque me lo dice todos los días antes de salir de la casa) pero quería más. Soy hijo único, mis padres solo me tuvieron a mí, tengo que ser un buen ejemplo.

Mi madre me miró por el retrovisor y me sonrió.

—Tanto que te he preguntado qué quieres y siempre me dices nada.— Me reprochó y yo solo pude reír, siempre me decía lo mismo, pero aún así no cambiaba mi opinión.

—Te he dicho que no necesito nada, con ustedes me siento más que bien.

—Ya te quiero ver algún día con tu novio, que quieras un carro, ye te veré Lee Mark.— Miré padres confundidos. Yo...

Jamás le había presentado una pareja a mis padres, pero tampoco era que tuviese un amor a escondidas. Solo me concentraba más en mis estudios.

—¿N-Novio?

Ahora, mi padre era el que me miraba por el retrovisor. Sus ojos mostraban tranquilidad y comprensión, algo que me influyó que no tenía que ponerme mucho a la defensiva.

—Eres nuestro hijo, y sé que este no es el momento correcto de hablar esto, pero te conocemos, conocemos tus gustos y todo, era inevitable no darse cuenta.

Mis mejillas se encendieron de un color rojo.

—Te amamos hijo, seas como seas, te guste quien te guste, eso no cambia el hecho de que eres nuestro hijo.

Hermosas palabras, muy hermosas palabras, sonreí y me sentí muy feliz de que mis padres me quieran a pesar de todo. Yo también los amaba mucho.

Sin embargo, todo el ambiente feliz cambió de un momento a otro, los controles del auto comenzaron a fallar. El auto arrancó a una velocidad mayor a la permitida, haciendo que mi nerviosismo empezara y una nube de malos pensamientos me atacara de improvisto.

—Calma hijo, esto no es nada— Me decía mi padre.

Yo sabía que eso no era verdad, pero tampoco valía nada que

¿Les comenté que era de noche? ¿No? Pues, ya creo que lo saben.

No se veía nada por las ventanas, ninguna luz, ningún faro.

El auto iba aumentando de velocidad.

—¡El freno de mano!— Exclamó mi madre. Mi padre le hizo caso y lo utilizó. Buena idea, ya que funcionó.

Las bolsas de aire de la parte delantera del auto se inflaron, así que no les paso nada grave.

Todos dimos un largo suspiro.

Las bolsas de aire, que bueno que estaban allí.

Retiro lo dicho.

Las bolsas se atoraron en los asientos de mis padres, y por lo que se ve, no podían salir de allí ¿Y todo esto por qué nos tiene que pasar a nosotros? ¿Ni siquiera pudo ser de día? ¿Desde cuándo las benditas bolsas de aire se atoran?

—Padre, yo voy a salir del auto y con mi teléfono voy a llamar a emergencias, a los bomberos, a alguien que nos pueda ayudar.

Mi padre no me volteó a ver porque estaba intentando zafarse.

—Ve, pero con cuidado.

—Y no te alejes mucho del auto.

Abrí la puerta e iba a salir pero una luz cortó mis intenciones.

—Shit— Dije en voz baja.

Con la luz que llegaba podía deducir algunas cosas. La primera era que estábamos justamente en un cruce. La luz era fuerte, por lo que tenía que ser algo grande. Y la tercera, tenía que sacar a mis padres rápido.

Cuando mis padres se dieron cuenta de la luz intentaron apresurarse, yo los estaba ayudando pero no daba resultado. La luz cada vez se acercaba más.

Me estaba desesperando. No sabía qué hacer.

—Hijo— Mi madre me habló y me miró con esos ojos de súplica, yo negué con los ojos llorosos —Te amo, pero tienes que salir del auto.

—¡N-No!

—Hijo— Volteé a ver a mi padre —Te amamos y tienes que saber de estamos orgullosos de ser tus padres, pero sal del auto.

—¡N-No! ¡Si a ustedes les pasa algo, a mí también!

La luz estaba casi encima de nosotros.

—Lee MingHyung— Miré a mi madre —Lo lamento tanto, pero también te amo.

No entendí hasta que mi madre me empujó fuera del auto y caí en la tierra.

No entendí hasta que el camión pasó justamente por donde estaba el auto de mis padres y se lo llevó completo.

No entendí hasta que el conductor del camión se dio cuenta de lo que hizo y se bajó a ayudarme y a pedirme perdón.

No entendí hasta que llegaron las emergencias, las ambulancias, los bomberos y los policías.

No entendí hasta que me senté a llorar. No importaba que todos me vieran, lo que quería era desahogarme.

Unos días después.

Miraba por enésima vez mi plato de comida, el horrible plato de comida. Todo sabía asqueroso y solo hacía que las ganas de vomitar aumentaran a cada segundo. Lo dejé a un lado, necesitaba aire.

Salí a caminar, que día tan frío, no traía chaqueta y podía sentir como mis músculos se tensaban, la época de Diciembre eran las más congeladas en el país.

Miraba las calles, las personas, animales, edificios o construcciones. No sabía si mi enfoque de las cosas había cambiado, pero todo se veía horrible.

Horrible, horrible, horrible.

Lo único que me llamo la atención fue un edificio, medio construido, que tenía un balcón, el balcón perfecto.

No tenía nada que perder. ¿Cierto? Los estudios ya no importaban, ni siquiera las llamadas continuas de mis compañeros lograban sacarme de mi burbuja interna.

Hoy era el día.

No estaba en mis planes, pero todo lo que había pasado me perforaba el corazón, me sentía ido, desanimado y las únicas ganas que me quedaban eran las de dormir, por un largo tiempo.

I'll Be Your Home (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora