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Haechan iba caminando hacia el hospital, ya no sabía que hacer para aunque sea, sacarle una sonrisa a Mark. Había intentado muchas cosas, pero al parecer nada funcionaba y eso lo desconcertaba mucho. ¿No habrá algo que, por muy tonto que sea, le gustase al chico?

Se detuvo frente a una tienda y su mente se iluminó.

...

Mark estaba durmiendo cuando sintió que alguien abría la puerta, no se volteó porque ya sabía quién era. Rodó los ojos y apretó las sábanas con las cuales estaba rodeado.

—Makku, te traje algo.

—Haechan vete.— Quería cerrarle la puerta en cara, decirle a los cuatro vientos que se le largara de una vez. Pero no podía, y eso lo sabía por el simple hecho que le comenzara a doler el decir esas palabras.

—Minghyung, voltéate por favor.— Ordenó.

"Lee MingHyung lo lamento tanto, pero también te amo"

Los ojos de Mark se abrieron de par en par, la última persona que lo había llamado así era su madre. Una nubes de recuerdos inundaron su mente haciéndolo sentir mareado por un momento.

Se volteó rápidamente para gritarle a Haechan que no le dijera así pero se Detuvo en seco. El moreno traía una sonrisa abierta, aquellas que solo podías dar cuando sentías una felicidad inmensa.

Quedó estático. La sonrisa más hermosa que había visto en su vida, ni las de modelos de revistas le eran tan bonita como esa.

Golpeó mentalmente su mente. ¿En qué pensaba? Bajó la mirada para distraerse pero solo pudo quedar más petrificado que antes.

—Es para ti.

La debilidad de Mark, la sandía. La fruta más adorada por el chico.

—¿P-Para mí?— No pudo contener el titubeo por la sorpresa, de todas las cosas que podían pasar, está era la menos esperada.

Donghyuk asintió y se la tendió. Mark la tomó como si fuera el tesoro mas preciado de su vida. Y que en sus condiciones, de verdad que lo era.

—También tengo rebanadas ya cortadas en mi bolso, por si gustas.

Mark asintió embobado y su boca se volvió agua cuando haechan sacó los trozos de su bolso para entregarle uno a él. Por primera vez en muchos días, al chico sentado en la cama le provocó algo.

Mientras comía la sandia, sonrió inconscientemente. Una pequeña luz se iluminó dentro de él.

Donghyuk sintió que todos esos días de sufrimiento se habían terminado con esa sonrisa que tenía Mark. Los días y noches sin dormir obsesionado con esto daban frutos y eso hacía que su satisfacción se presentara.

—Esta...

—¿Deliciosa?

El mayor asintió.

Seokjin estaba desde lejos viendo la escena. Por primera vez en su vida había visto un caso como este. Sintió felicidad por ver la sonrisa del chico pero también una curiosidad inmensa.

—¿Mark?— El nombrado levantó la vista para encontrarse con lo ojos se Haechan puestos en él. —Realmente puedes hacerlo.

—¿Hacer qué?— Preguntó confundido, pero aún así, no apartó la mirada.

—Vivir.

—Estoy vivo en este momento.

—Estás vivo porque simplemente no puedes morir.— Y dió en el blanco.

El mayor volvió a bajar la cabeza y miró a la sandía. La apretó así como sentía que su corazón se encogía y los ojos se le llenaba de agua.

—¿Y que tiene?

—¡Mark! Mira, todos tenemos un sueño, una meta, algo porque vivir.

Mordió su labio tristemente. ¿Y por qué él viviría? Haechan no mentía, pero Mark no tenía una razón para seguir aquí.

—Yo no tengo eso.

—Y yo te voy a ayudar a encontrarlo ¿Quieres más sandia?

Mark asintió con gusto de que el chico cambiase el tema. Tomó la sandía y en cuanto la tuvo en sus manos la miró. Se quedó solo observando la fruta con tantas cosas en su mente que no le permitirán proceder a probarla.

Estaba frustrado y molesto consigo mismo. Una lágrima se escapó de ojo imposible de contener, seguida de otras más.

—M-Mark.— Reaccionó el moreno al oír los sollozos ajenos. —¿Q-Qué tienes?

El chico no decía nada, las palabras no eran formuladas en su boca por el gran nudo en la garganta que tenía. Sentía frío, las caricias de sus padres faltaban y no podía pasar de largo todo eso. Por eso se cubría con sábanas, intentaba conseguir un calor que jamás venía. Haciendo que la frustración aumentase.

Y aquella escena, donde el moreno le decía sobre el propósito de la vida, solo lograba que se sintiera más miserable a cada momento.

Haechan le quitó la sandía de las manos, la colocó en la mesa, y se sentó en la cama para envolver al mayor en un cálido abrazo.

Mark no supo que hacer instantáneamente, pero después se dejó abrazar y solo bajó la cabeza.

—L-Los ex-extraños... mu-mucho.— Decía entre lágrimas. ¿De qué valía ocultarlo por más tiempo?

Donghyuck asintió y con su mano derecha comenzó a acariciar el cabello del chico de manera reconfortante.

—Lo sé. Lo sé.

Mark no era de los chicos que se abría fácilmente y de los que soltaba lágrimas seguido, pero estaba al límite y por primera vez desde ese día, sintió que podía tener un hombro en el cual llorar.

Después de un largo rato de sollozos y caricias, Haechan volvió más motivado a su casa. Definitivamente tenía que ayudar a Lee Mark.

"Habrá una estrella que te reconforte, esa estrella seré yo" Dear dream

ººº

"Sé que es patético por no tener un sueño como los demás" So far away

I'll Be Your Home (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora