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Haechan volvió al otro día al hospital unas horas antes de lo acordado con sus amigos. No sabía las razones por las cuales actuó así, pero eso lo averiguaría más tarde.

—Hola.— Dijo al entrar a la habitación 1-D. En la habitación había dos ventanas, todas tapadas por una cortina color azul cielo, las luces del cuarto estaban apagadas y no era necesario encenderlas, pues con los rayos de luz atravesaban las cortinas, era más que suficiente para ver el contenido del cuarto.

Mark se veía igual que ayer, mal. Estaba otra vez sentado en la cama sin hacer nada, hasta que llegó el moreno y solo pudo fruncir el ceño.

—¿Por qué volviste?

Haechan se encogió de hombros aún sabiendo que era verdad. ¿Qué hacía aquí? Ni él mismo lo sabía.

—Como no tenías ninguna visita, pensé en que te podría agradar un poco de compañía.— Fue lo primero que se le vino a la mente y lo tomó como una opción creíble.

—Si es por lástima, entonces gracias, pero no.— Mark volteó a ver a la ventana cubierta por la cortina. Le desagradaba las personas que le tuviesen lástima.

Donghyuk jugueteó un poco con sus dedos, había que admitir que estaba nervioso. Se acercó unos cuantos pasos a la cama esperando que eso le transmitiera confianza al chico.

—No es por lástima.— Mark no dijo nada, ni siquiera volteó y Haechan solo pudo morderse el labio mientras pensaba otra cosa. —¿Cómo te llamas?

—Mark. Lee Mark.

El moreno se sentó en una silla que estaba al lado de la cama. El peli negro lo vio de reojo y siguió con su tarea de observar la cortina.

—Yo soy Donghyuk— Se presentó decentemente —aunque prefiero que me digan Haechan. Mmm... traje unos panecillos de queso ¿Quieres uno?

Mark negó y lo miró. De verdad la presencia de otro ser que no fuera su doctor lo estaba abrumando.

—¿Qué haces aquí?— Fue directo al grano, no tenía tiempo para seguir con rodeos que no llevarían a ningún lado.

—Es porque no teni...

—Pero ¿Por qué yo? Te aseguro que hay muchos en este hospital que tampoco tienen visitas.— Haechan se calló. Mark había llegado a su límite. ¡¿Qué diablos quería?! –Y si eres uno de esos que solo me busca para saber que se siente querer suicidarte, pues déjame decirte que es mejor que te vayas.

—¡Yo no vine a eso!— Se defendió el moreno. No iba a preguntar lo del suicidio porque era algo que ya sabía.

—¿¡Pues entonces a qué?!

—Y-Yo— Haechan volteó a ver a otro lado incómodo, Mark tenía demasiada razón, él no hacía nada con estar aquí. —Es que... Ayer, te vi solo y sabes, quiero ayudarte.— Era muy anticipado y algo ¿Loco? Pero Donghyuck siempre había sido un tipo de persona que ayudaba a los demás, podía ser desde un perrito en la calle hasta una abuela en un parque.

—Y yo no quiero que me ayuden.— Mark se acomodó y se cubrió con la sábana para dormir.

—¡Mark!— Haechan le intentaba quitar la sábana, pero vaya, a pesar de su condición Mark también era fuerte.

—¡Vete!

—¡Te quiero ayudar, si no, te van a internar!— Soltó, había sacado muchas cosas de su conversación con Jin que no creía olvidar. Y en una de esas era, que si el chico no progresaba, podía mantenerlo en un internado hasta que mejorara. Claro, si es que lo hacía.

—Oh, que bueno.— Dijo el chico entre la sábanas con sarcasmo, sabía eso, más no le importaba. ¡Qué hicieran lo que quisieran!

—¡Es cierto!

I'll Be Your Home (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora