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Por Sakura:

Los días que al principio contaba como semanas ahora se han convertido en meses, la pared tiene un montón de cruces, son los días que continuo esperando por que la ayuda regrese, la mayoría de las personas ha decidido marcharse, los militares que fueron abandonados por su general murmuran entre ellos que nadie vendrá por  nosotros. Perdemos la esperanza y cualquiera que cruza las grandes puertas de salida prometiendo ayuda jamás regresa, o si lo hace, es convertido en una de esas bestias.

Asuma empezó un entrenamiento para civiles hace aproximadamente cuatro meses, desde mantenernos ejercitados hasta aprender a disparar. No recuerdo cuantas veces ya he pasado por toda su pista de entrenamiento pero sé que he bajado de peso.

Suigetsu y Karin viven conmigo, me han dado las fuerzas que necesito para seguir caminando, y a veces pienso en que razón tenemos  para seguir aferrados a un mundo que ya no nos pertenece. Quizás ahora somos la especie en peligro de extinción y después de todas las barbaries que ha hecho la humanidad no me quejo por ello.

- Sakura.-

- Ino.- respondo soltando la soga que me llevará al otro extremo pasando por encima del charco del lodo, en el que caí más de cinco veces los primeros días.

- Asuma nos convocó a una reunión.-

- Ahora voy.- Agarro la soga y retrocedo para ganar impulso, me arrojo al vacio y danzo con el viento en dirección a la otra caseta. Descendi las escaleras con prontitud y pronto me veo a su lado caminando en dirección al cuartel.-¿Qué sucede?.- El grupo de militares siempre son los primeros en conocer de los temas de las reuniones antes que los civiles. Sin embargo a estas instancias y viendo el como ha ido disminuyendo las raciones de comida es fácil imaginarlo.-

- Las bodegas están casi vacías. Se necesitan voluntarios para una misión, iremos a la ciudad.-

Debería pensar en las veces que desayunaba bebiendo mi café favorito mientras leía una revista pero en vez de eso pienso en como aquel hombre dio su vida para que hoy yo estuviera aquí. Pienso en Naruto, en como decidió quedarse por salvar la vida de alguien, tan típico de él, y en su novia, que tal vez ahora ya tenga un bebé en sus brazos.

Desde los asientos de la cancha de voley observó a Shikamaru discutir con Asuma.

- ¿Sabes de qué se trata?.- Menciona Suigetsu sentándose a mi lado.

La pelirroja se encuentra cerca de Asuma y Shikamaru, pertenecía a la marina y la acogieron con rapidez como uno de ellos.

- Una misión a la ciudad. Suministros.-

Puedo ver esa expresión de sorpresa en su rostro. Ninguna persona querría volver a esa infierno. Somos treinta personas que aún seguimos aquí, entre ellos dieciséis militares y el resto familiares o rescatados. A veces Asuma hace misiones para vigilar el perímetro, lugares cercanos, pero jamás tan lejos como a la ciudad.

- En las bodegas tenemos alimento para aproximadamente cinco días.-

Él empieza.

- Sakura no tienes que ofrecerte voluntaria. Yo iré.-

Él se ha convertido en casi mi hermano, y el vínculo que nos unió durante esos días jamás se romperá.

- Iremos en una misión de cinco días.- El peliceleste apoya su mentón en sus manos y colocó mi mano en su espalda.- Nuestro objetivo son los suministros de la ciudad y para eso necesito voluntarios.-

El peliceleste es el primero en levantar su mano, después unos cuantos más. Mi brazo se extiende y Suigetsu niega con la cabeza.

- Estaremos bien.- mencione sin creerlo.- Vamos a estar bien.- repetí deseando que sea verdad.

FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora