El Cocodrilo

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En la espesa selva, el cocodrilo, un gigante reptil de piel gruesa y hocico largo repleto de dientes que se asoman por fuera de su boca, con sus pequeños ojos distingue al otro lado del río un mono, de delgados bracitos, cola alargada y pelaje obscuro, colgando de cabeza de la rama de un árbol que está encima de las verdes aguas del río mientras degusta de una fruta tropical roja.

El cocodrilo se arrastra por la caliente tierra de la selva hasta entrar en el río, asomando únicamente sus ojos amarillentos, su redonda nariz y los picos de su piel que cubren todo su cuerpo desde el cuello hasta la punta de la cola. Nada hasta estar debajo del pequeño simio, que sigue disfrutando de su fruta colgando de cabeza.

El reptil, después de unos segundos de quietud, toma impulso sacando la mitad de su extenso cuerpo fuera del agua como una lanza, con sus enormes fauces abiertas, las cuales cierra con mucha fuerza sin poder atrapar al mono. El pequeño simio trepa aterrado, chillando, hasta la copa del mismo árbol; mientras que el enorme reptil se retira nadando en la misma dirección de la corriente.

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