Caperucita y el lobo

2K 155 36
                                    

Se paró de golpe y corrió por la pradera tras sus pasos.

Astuta, engañosa y traicionera. Eso era la gata para él. Y sí que iba a hacerle pagar por eso. ¿Quién se creía esa pequeña felina para golpearlo, humillarlo y escapar? Bueno... ¿a quién quería engañar Bucky? Había bajado la guardia como un novato aun sabiendo que ella le había dicho que iba a hacer todo lo posible para escapar incluso matarlo. Había caído en la obviedad y se maldecía internamente por eso. A su vez que la maldecía a ella. 

Tenía que dejar de arrepentirse por sus actos y dejar de sentir lastima por ella. ¿Por que debía tener compasión en primer lugar? Si la gata no lo hacía con ella misma. 

Que pésimo trabajo, se dijo a sí mismo. 

Y que rápida era la gatita. Sus cortas piernas eran veloces y se escabullían entre los arbustos y árboles. Pero él conocía su tierra. Él mandaba y él estaba a cargo. Rodeó la zona por donde ella transitaba y buscó un atajo. Le tenía una linda sorpresa a la fugitiva. 

Ella por su parte, asustada y despierta, miraba hacia todas partes mientras usaba todas sus energías para correr lejos del lobo. Le resultaba difícil puesto a que tenía las esposas y sus defensas siempre estaban un poco bajas. Afortunadamente el sol ya se estaba escondiendo y no molestaba con su radiante luz y calor. 

¿A donde iba? ¿Por donde se salía de allí? No lo sabía pero lo que sí sabía era que no quería volver a aquella blanca y demencial prisión donde vivía. Era mejor morir que volver ahí.

Se estaba cansando, disminuyó su paso. Miro hacia atrás varias veces y se cercioró de que Bucky no estaba ahí. Eso la animó.

Podía meterse en la selva y esconderse ahí mientras buscaba una forma de escapar. ¿Dónde rayos estaba? ¿Por qué de repente todo estaba tan oscuro? 

La pradera se quedó atrás y ahora solo habían enormes árboles, oscuridad y el ruido del viento en las ramas. 

Sí, estaba asustada. Pero no iba a regresar. Eso no. Así que era mejor seguir caminando. Sí, eso era.

Se dio cuenta de que en esa zona ya no había un sendero ¿La gente no pasaba por ahí? 

Un ruido entre los árboles hizo que se sobresaltara. Tenía que ocultarse, moverse rápido.

Caminó por donde había más pastizal, estrategia para que no la buscara ahí. 

Otro ruido, apuró su paso. Ya no veía mucho. ¿Trepaba un árbol? No, eran demasiado altos y con las esposas se le haría imposible. 

¿Se ocultaba en un tronco? 

_Ni que fuera la jodida Blancanieves_ murmuró por lo bajo. 

_Ya tuviste demasiado tiempo libre_ su voz retumbó en el lugar haciendo eco. Ella se giró como si hubiese escuchado al mismísimo diablo venir por su alma. Los ojos victoriosos y la sonrisa de satisfacción de un Bucky recostado en el tronco de un árbol, dejaban ver quien mandaba. 

_No voy a volver_ le dijo y comenzó a correr hacia el otro lado. De nuevo caperucita y el lobo. De nuevo el gato y el ratón. Bucky ya estaba harto. 

Solo era cuestión de apurar un poco su paso y sería muy fácil atraparla. Llegó a ella y la sujetó fuerte de uno de sus brazos haciendo que ella cayera cara al piso.

_¡No!_ gritó y pataleó para defenderse. Una patada llegó a Bucky. Se quejó. Trató de sujetarla con su brazo pero se le hacía muy difícil. Ella se giró para intentar incorporarse. Pero Bucky se subió encima de ella para que dejara de moverse.

_¡Ya basta! ¡Quédate quieta!_ gritó pero ella no lo hizo.

_¡Suéltame!_ usó toda la fuerza que le era posible, pero él siempre sería mucho más fuerte_¡No quiero volver!_ se desesperó.

Futuro interrumpido -  Bucky Barnes +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora