Parte V

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-Señor, Zenlay Krench está aquí-

-hazlo pasar- responde Ernest por el HoloT, una tecnología de oficina para transferir todo tipo de información. De estructura física más grande, pero también emula hologramas para su uso.

-Zenlay, ¿Qué tal?-

-bien señor, ¿y usted?-

-¿la verdad? Con hambre, apenas desayune, ven conmigo-

Ernest lo lleva hasta un librero, de donde toma una caja larga con su nombre escrito.

-las ventajas del cargo- dice, abriendo la caja y le ofrece un pastelillo.

­-toma uno- dice.

-no sé si deba-

-pero que, toma, agarra uno- insiste como regañándole.

-está bien- dice Zenlay sonriendo.

Ernest le espera a que dé un bocado.

-dime si no son los mejores-

-...mm, Dios, son... perfectos-

-sí, lo son, toma otro- dice Ernest, cuando Zin aún no acaba con el primero.

-pero todavía..-

-toma, toma otro-

No hablan mucho mientras comen, aun después cuando se relamen los dedos, solo comparan los panecillos con otros que han probado antes e intentan calificarlos, aunque coinciden en que son los mejores. De hecho, su gusto por los roles glaseados los hace congeniar demasiado, y simpatizan de inmediato.

-¿quieres otro?-

-no gracias, estoy bien-

-¿seguro?-

-sí, solo, un poco de agua, si puedo-

-claro, sírvete-

-gracias-

-sabes, anoche leí tu expediente, e investigué sobre ti, y leí el expediente de tus hermanas.

Sé que están en el reclutamiento, eso es, estupendo. Permíteme estrechar tu mano por eso-

-todos me lo dicen-

-es admirable lo que haces por Annie, y por su padre, darle más tiempo con su familia es un gesto muy considerado-

-sé lo importante que es aprovechar el tiempo-

-así es, cuando era joven tenía miedo de llegar a los cuarenta, con el tiempo empecé a resignarme-

-¿y ahora?-

-paso de los cincuenta-

-¿y cómo se siente?-

-como un suspiro, pero satisfecho-

-¿qué mejor?-

-sí, ¿Qué mejor?... volviendo a ti- dice Ernest, con un gesto más familiar, sentado en la orilla del escritorio, cruzado de brazos.

-ayer, cuando Melikon te presento, fue la segunda vez, en el mismo día, que me entregaban tu expediente. Un par de horas antes, el profesor Jade me encontró aquí y lo dejo sobre mi escritorio-

-no tenía idea-

-por cierto, que buen juego-

-¿en serio lo vio?-

Segunda TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora