Capitulo 8.

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—Dejame morir.

Parte I.

Alissya llamó a su hermano para que viniera a buscarla al Colegio, le dijo por donde tenía que entrar para que no le vieran, ya que no era un estudiante del mismo.

Anna respiraba con dificultad, la debían llevar al médico aunque ella no quisiera. No podía seguir así, debían vendarle algunas partes del cuerpo que tenía lastimada, y curárselas.

Cuando escuchó pasos detrás, giró la cabeza. Alissya vio a su hermano buscándola con la mirada, ella silbó, y al verla, corrió donde ella.

Su hermano, fue bajando su paso cuando vio a la chica que Alissya sostenía entre sus brazos contra la pared.

—Alissya, ¿Qué pasó? —Se quitó la capucha de la campera, y le miró. Sus ojos estaban cristalinos.

—Luego te explico. —Susurró. —Ayúdame.

Nicholas tomó a Anna entre sus brazos, y la levantó.

Se removió incómoda, y se quejó.

Le dolía la cara, la espalda, la cintura, las piernas, y las manos de tanto defenderse contra Sandy. Abrió un ojo, el cual no tenía lastimado, y vio a un chico rubio sosteniéndola, sus ojos grises penetraron en los suyos verdes.

En ese momento, Anna sintió que el dolor desaparecía lentamente.

Nicholas le sonrió, y ella solo volvió a cerrar el ojo.

Salieron del edificio, y a la salida, Alissya vio a Michael mirando para todos los lados en busca de algo o alguien… Cuando vio a Anna salir en manos de un chico, corrió hacia la rubia. Trató de esquivarlo pero, le tomó del antebrazo deteniendo su paso.

Despeinó su cabello, y abrió la boca para hablar pero, las palabras no salieron.

No podía decir nada, había sido parte del plan que Sandy tenía… No sabía nada de este, pero igual, provocó que la lastimara de tal manera que le duraría por semanas.

— ¿Cómo está? —Logró susurrar.

Alissya se limpió una lágrima que cayó por su ojo derecho, y le pegó una bofetada en la cara a Michael. Le señaló con su dedo índice.

— ¡No tienes ni un puto derecho en preguntar cómo está! —Le recriminó. — ¡La viste cuando fuiste a sacar a tu novia de ahí! Apenas puede respirar… —Las lágrimas cayeron por sus mejillas. —Ambos son unas bestias… Con razón están juntos.

Y sin decir más, se dio media vuelta, empezó a correr hacia llegar hasta el auto y subir en el lado del copiloto.

{…}

Anna pidió en murmullos que no le llevaran al hospital porque, luego su padre tendría que ir a buscarla, y no querría explicarle que le pasó.

Condujeron hasta el departamento de Nicholas.

Él cargaba a Anna en sus brazos, y Alissya abría todas las puertas para entrar lo más rápido posible. Cuando entraron al apartamento, Nicholas fue hacia su habitación, y la recostó en la cama, Alissya corrió hacia el baño para buscar la caja de primeros auxilios, desordenó todo el estante hasta encontrar el botiquín.

Desinfectaron, curaron, y cubrieron todas las heridas que tenía.

Se dieron cuenta que se había quedado dormida, y salieron de la pieza dejándola descansar. Alissya se recostó en el pecho de su hermano a llorar. No entendía por qué la gente hacía este tipo de cosas, y por qué personas buenas como Anna debían sufrirlas. Nicholas la consoló hasta que su llanto empezó a disminuir.

—Cuéntame, ¿Cómo pasó? A ti no te lastimaron, ¿No? —Frunció el ceño, serio.

Alissya negó con la cabeza, y se separó de su hermano para apoyarse contra el sofá.

—Vi su morral tirado en medio del pasillo… y, y sabía que algo no iba bien… El fin de semana, le amenazaron, y hoy lo cumplieron. —Sollozó. —Vi a Michael, el novio de Sandy, la chica que hizo esto, y le obligué a que me dijera dónde estaba… —Negó con la cabeza, e hizo una mueca de dolor. —Cuando la encontré, estaban a punto de clavarle una navaja… Michael luego se la llevó, ahí fue cuando fui con Anna, y te llamé a ti. —Sus lágrimas caían por sus mejillas. Se acurrucó entre los calientes brazos de su hermano quien le consolaba la pena, y el dolor que sentía ella por su amiga.

—Yo le dije que ellos no estaban en el Instituto, y que podía ir… tranquilamente. —Dijo Alissya. —Soy una estúpida.

—No, no, no. —Limpió sus lágrimas con el pulgar. —Ali, no eres una estúpida… No pensaste que le harían daño de verdad, quédate tranquila ¿vale? —Le abrazó, y luego, la puerta de la habitación se abrió.

Anna tenía una mano en la cabeza, y otra en la cintura. Su labio estaba abierto, de este salía sangre. Su mirada recorrió todo el lugar hasta posarse en Alissya, intentó sonreír pero, tenía toda la cara dormida. No podía moverla, no lloró, no tenía más lágrimas para derramar.

Alissya se paró del sofá, y cuando estaba a punto de tirarse a sus brazos, se detuvo. Le dolería mucho, Anna agachó la cabeza, y poco a poco se acercó hasta estrecharla entre sus brazos con delicadeza.

Alissya mojó su camisa con el agua que salía de sus ojos, se sentía fatal.

No iba a dejar que esto le pasara de nuevo… No entendía su dolor al cien por ciento, pero, sabía que era que te criticaran hasta por tu color de ojos.

—Todo está bien. —Susurró Anna con su voz cortada.

Se separaron, y Anna sonrió, o intentó hacerlo de la mejor manera.

Nicholas se paró del sofá, y fue a la cocina.

La rubia, mientras tanto, ayudaba a Anna a llegar al sofá y sentarse sobre este.

Minutos después, apareció Nicholas con una taza de té, y se la entregó sentándose en el sillón de enfrente. Anna le miró.

— ¿Es tu novio? —Le señaló.

—Es mi hermana. —Dijo el chico desde el otro lado. —Me llamo Nicholas. —Sonrió, y elevó una mano para saludarla.

Anna hizo lo mismo, y escondió una sonrisa.

Era lindo.

— ¿Recuerdas algo? —Preguntó Alissya sacándola de sus pensamientos.

Ella respiró hondo, y cerró los ojos con fuerza deseando poder decir que no, pero no era así. Nunca tuvo pensamientos tan claros, y naturales como estos.

—Lo recuerdo todo.

Dejame morir. | Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora