"Ahí, entre el suave perfume de las flores y los relatos de Juliette acerca de su primer semana de clases, las pláticas de Joseph sobre sus nuevos compañeros en el trabajo y el tintineó intermitente de las luces que colgaban del balcón; Benjamin se...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
O de la expectativa por saber lo que vendrá en el futuro...
.
.
.
.
.
☁️
Juliette despertó a todos esa mañana. Su entusiasmo infantil la levantó de la cama antes de que el reloj con diseño de timón de barco que colgaba de la pared de su cuarto marcara las ocho de la mañana. Lanzó un sonido agudo que se asemejaba al de un cachorro bostezando y movió su cabeza de un lado a otro espabilándose del sueño haciendo que sus largos cabellos se movieran al compás, su emoción por ese día no cabía en su cuerpo.
¡Su primer partido de rugby!
Miró a su papá; aún dormía emitiendo un bajo ronquido enredado entre esas sábanas con sus cortos cabellos alborotados y con esa barba crecida que, aunque le picaba las mejillas cada vez que le daba besitos, a Juliette le gustaba.
Se puso de pie con cuidado y dio un saltito tratando de no despertarlo aún pues tomó la decisión de dejar dormir a su papi unos minutos más que al resto.
Sus pies cubiertos por un par de calcetas esponjaditas y calientitas cruzaron la habitación, salió de ella y tallando sus ojitos se dirigió hacia la sala donde su tío Rami y su tía Lucy se encontraban compartiendo un abrazo de costado en el espacio de la alfombra llena de cobijas.
Caminó de puntitas, se agachó y con su voz en un susurro habló:
—Tío Rami... —movió hombro —Tío Rami, despierta.
El hombre murmuró cosas no entendibles.
—Tío, es de día.
Rami suspiró, abrió con lentitud sus ojos grises azulados y respondió con voz rasposa —Julie, vuelve a dormir.
La niña negó haciendo un mohín con sus labios. —¡Pero son casi las ocho! —expresó en un susurro.
Emitiendo sonidos guturales similares a un berrinche, Rami extendió sus brazos halando a Juliette obligándola a acostarse entre él y su novia. Lucy, quien se había despertado al llamado de la pequeña, rio con suavidad apretando ligeramente la nariz de la niña.
—Buenos días, Juliette.
—Buenos días tía Lucy, ¿cómo dormiste?
—Muy bien, gracias por preguntar. ¿Cómo dormiste tú?
—Yo también dormí muy bien —sonrió pero luego dejó salir un suspiro corto —Mi tío Rami no se quiere despertar.
—Tío Rami es pésimo a la hora de despertarse, él siempre quiere dormir más y más —agregó como si de información confidencial se tratase.
