O de los planes para tres
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Cuando Benjamin pensó que hacer el amor con Joe había sido una de sus mejores experiencias, los ojos de Joseph al amanecer y la sensación de su piel desnuda abrazándolo por la espalda fácilmente podía ser competencia. Esa mañana detalló en como el rostro del hombre se fruncía justo antes de despertar y que los ronroneos inentendibles contra su cuello mientras lo abrazaba pidiendo más minutos de sueño parecían ser una constante de sus mañanas que él fácilmente podría aceptar.
Y carajo por nada cambiaría la sensación de su barba tallando la piel de su rostro la tercera vez que se despertaron, ni las risas que hicieron eco en las paredes del baño luego de que decidieran compartir una ducha rápida después de pronunciar un "Mierda, Gwilym mandó mensaje diciendo que traería a Juliette en veinte minutos y nosotros apestamos a sexo, Ben" acompañados de esos besos recargados contra las baldosas del baño.
Era una realidad que ambos habían disfrutado tanto de esos momentos que Joseph no perdía oportunidad de abrazar a Benjamin solo para sentirse rodeado con fuerza sintiendo los latidos del corazón del otro golpear su propio pecho.
Las visitas al supermercado ahora eran planeadas con compras para tres personas; en el automóvil de Joseph siempre había un suéter extra y Benjamin sin darse cuenta dejó de tener sus rutinas tan marcadas pues siempre podía sufrir una intromisión de los Mazzello dispuesto a alterar su día a la que él inconscientemente esperaba mientras que sus celulares se llenaban con fotografías de los tres juntos.
Y Juliette... joder, que la niña era la más feliz. Sonreía, jugaba y se abrazaba a Ben; caminaba por el parque tomando su mano y la de su papá y lo llenaba de besos y dibujos procurando guardar siempre dos de sus galletas de chocolate para sus personas favoritas. Para el festival de primavera Juliette estaba tan emocionada que lideró el carrito de compras cual pirata por las aguas del súper mercado buscando todo lo necesario para preparar un buen festín de sándwiches de jamón con queso, fruta, barritas energéticas y jugos deliciosos.
La noche anterior Benjamin y Joseph se desvelaron tratando de terminar de coser el traje de lentejuelas, holanes y plumas artificiales sobre el traje —o intento— de colibrí de Juliette; y aunque se vieron tentados a pedirle ayuda a Amelia, lograron terminar su vestuario gracias a sus dedos pinchados y casi nulas habilidades en costura.
Al amanecer fueron los primeros en despertarse y con rostros totalmente adormilados prepararon el almuerzo que llevarían al colegio esforzándose en cortar los sándwiches en forma de caras de gatito y en hacerlos lucir lindos; y después de un apurado desayuno e inmensos intentos por peinar la cabellera de la niña los tres llegaron a la escuela con Juliette andando a saltitos dos pasos delante de ellos dejando un rastro de lentejuelas que cayeron y una voz que decía "¡Mira!, ¡él es mi papá y él es su novio!" a sus amigos.
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Luces en el balcón || BenHardy x JoeMazzello
Random"Ahí, entre el suave perfume de las flores y los relatos de Juliette acerca de su primer semana de clases, las pláticas de Joseph sobre sus nuevos compañeros en el trabajo y el tintineó intermitente de las luces que colgaban del balcón; Benjamin se...