"Ahí, entre el suave perfume de las flores y los relatos de Juliette acerca de su primer semana de clases, las pláticas de Joseph sobre sus nuevos compañeros en el trabajo y el tintineó intermitente de las luces que colgaban del balcón; Benjamin se...
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O el día en que fueron al acuario
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Alan abrió la puerta de su casa y tuvo que empujar a Michael para que pudiera entrar. Estaba todo oscuro y a través del ventanal de la sala entraba la luz de la luna consiguiendo iluminar tenuemente el lugar.
—Tienes suerte de que mi esposa saliera de viaje; —comentó Alan entre bostezos —sino los dos ya estuviéramos regañándote ahora mismo. No nos gusta que abuses del alcohol.
Yendo hacia la cocina, Alan comenzó a servirse un gran vaso de agua.
—Encima de todo, —continuó —buscas a Joseph ¿enserio quieres que crea que solo hablaban de Juliette?
Michael no respondió. Alan suspiró viendo el interior del refrigerador y estiró sus hombros y cuello sintiendo sus huesos tronar, a veces se preguntaba si le estaba dando su amistad o sus servicios de niñero.
Cerró el refrigerador y contra la superficie de la puerta brillaron las luces del árbol de navidad en forma de puntitos de colores parpadeantes; y ahí, sentado al pie del árbol estaba Michael observando con aparente calma el silencioso espectáculo.
—Juliette dijo que Ben les ayudó a construir una cama, que salen a jugar al parque, que hacen pijamadas juntos y que incluso Gwilym participa con ellos, le dijo tío, Alan —revolvió su largo flequillo —, se refirió a Gwilym como tío.
—¿Realmente prestaste atención a todo eso, Mike?
Él se encogió en hombros. —¿Cómo no hacerlo? Hablaba de mi hermano, de mi familia.
Escuchar a Michael referirse a Ben con el honorífico de hermano agregando la palabra familia le hizo saber que estaba en un trance de extrema sensibilidad producto de las fechas, del encuentro de esa noche y de, lamentablemente, su nivel de alcohol en la sangre. Pareciera como si solamente estando ebrio Michael dejara salir toda la vulnerabilidad que tenía en forma de raudales demostrando que realmente le sigue importando Benjamin.
—¿Por qué buscaste a Joseph?
Michael observó las luces del árbol de navidad con un ausentismo en sus ojos. —El equipo de niñas que entrena Ben ganó el torneo pasado.
—¿Cómo lo sabes? —Preguntó Alan confuso.
—Tengo sueño... debería dormir.
—Michael —. Le llamó Alan elevando la voz —¿Por qué buscaste a Joseph?
