La perra de Goma de Mascar.

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La princesa Audrey caminaba por los pasillos, la mirada de todos los chicos enfocada en ella, era una estrella y solo buscaba ser adorada o eso decían, era algo más que una simple cara bonita y aunque muchos la llamaban “Tonta” a ella no le importaba para nada, porque sabía que cualquiera que la quisiera tener moriría por ella.

Todos sabían que se había acostado con más de la mitad de auradon Prep o eso era lo que decían, los rumores se hacían presentes cada vez más acerca de aquello que tanto era verdad y que tanto sin embargo a ella le dolía que hablaran así de ella porque creerle, sabía perfectamente que solo le pertenecía a un chico y aquello le encantaba.

-La señorita azúcar rosa labios de licor, la perra de goma de mascar-  

La risa se escuchó la puerta se cerró con fuerza y después volteó a ver, trato de dar su mejor sonrisa ante aquel chico, un paso más cerca y ya estaba sobre él

-Que va explotar tu corazón como Goma de mascar-

Movió su cabello castaño que caía en ondas, ese dia llevaba un vestido algo corto rosa con azul por los colores de su madre y sus labios rojos, apostaba que se veía tan perra como Evie la había descrito pero era lo de menos, ella solo quería llamar la atención de alguien y no del rey Beny mucho menos de los nuevos niños de auradon o de Chat, no queria mas ese amor dulce o cualquier otra cosa que no fuera de su agrado, no.

Desde hace un par de días los rumores de que su chico se acostaba con alguien más se habían escuchado y eso no era lo peor sino que la relación era oficial y ella había terminado ya con Chat para hacer lo de ellos “oficial” pero las cosas habían cambiado de dirección y ahora ella quería recuperarlo y demostrarle que podía ser más que una dulce princesita o como llamaba, una dulce osita.

****

-Te tratara bien y después te va escupir como la goma de mascar así es ella, ¿No te lo ha dejado claro?-

Estaba entre el pasillo como aquella niñas le decían aquello a él, tal vez era verdad tal vez no, si de algo estaba segura era que nunca antes se había enamorado así.

-Por favor, deja de juzgarla por lo que dicen-

Aquella sonrisa se asomó entre sus labios de nuevo, solo él la conocía de verdad y hubiera dado lo que fuera por aventarse a sus brazos, si solamente pudiera hacerlo.

****

-La señorita Labios de licor, la perra de Goma de mascar-

La melodía que le habían puesto aquel apodo se repetía una y otra vez en su cabeza ¿Qué si se parecía aquello? Sí, probablemente era así, una niña plástica, una reina de látex por todo su “largo historial de acostones”, la figura de una Barbie y lo único que buscaba, de nuevo, ser adorada.

Se tomó un momento para respirar antes de volver a caminar hasta su “lugar” solo de ellos dos, de nadie más, sacó la pequeño collar que colgaba, que le había dado y una pequeña sonrisa en su rostro y era todo lo que necesitaba.

***

-La vida me dio limones así que hice limonada-

Su risa se expandió por todo el lugar al escucharlo, negó y puso la mano en el dije de él y el de ella, era de noche, estaban encima de la azotea del auditorio, tenían comida, libros, el telescopio y su compañía que más podía pedir, era perfecto, sencillo y amoroso.

-Entonces tendré que aprovecharlo-

*****

No había llegado, era demasiado tarde la luna se alzaba sobre su cabeza y estaba hecha un mar de lágrimas, alzó la vista esperando verlo pero no estaba ni su sombra ni sus ojos cafés mirándola como solía hacerlo, tomó de nuevo sus cosas, levantándose y gritando antes de irse, el collar había caído en el césped sin importarle nada.

Cuando estuvo de vuelta en su dormitorio se hundió entre las sábanas, deseando que ese día terminará, un mensaje sonó en su móvil y se rió de sí misma, el mensaje era estúpido, la invitaban a la fiesta hoy por la noche después del partido pero no tenía ganas de ir, no quería, en primera sabía que la iban a llamar Perra de la goma de mascar por su forma vestir y dos, él iba estar ahí aunque no hubiera jugado. Se terminó por levantar, ponerse bonita de nuevo, un conjunto rosa ahora y sus labios del mismo color, su cabello castaño suelto que caía a rizos mientras caminaba hasta la puerta, si la iban a molestar, si la iban a llamar así por lo menos debería de aceptarlo y sentir orgullosa de aquello.

Cuando llegó al lugar entro y los comentarios cayeron sobre ellas de nuevo esa tonada, trataba de no mostrarse nerviosa o desesperada por verlo, salió al pequeño patio y enseguida su voz la llamó, se volteó sobre los tacones y sonrió de mejor manera que pudo, esperaba ver cualquier chica a su lado menos a Lonnie con El.

-¿Por qué no fuiste Audrey? Todos te extrañamos, inclusive Mal-

Tomo del vaso de nuevo mientras desviaba la mirada de ambos estaban sentados ahora con todos, aquellas parejas tan perfecta y ella tan sola, se atrevió a voltear cuando su voz sonó de nuevo.

-Me sentía algo mal pero que bueno que han ganado chicos, en serio debío de haber sido un gran partido-

Dijo de manera exacta y rápida, si enloquecer, se despidió de todo, tomo lo quedaba de licor en el vaso y empezó a caminar entre toda la gente, podía escuchar sus pasos, su voz llamándola, estaban ya fuera, su mano en su muñeca y la hizo voltear

-¿¡Qué mierda quieres Jay!?-

Su voz herida salió, ya no podía detener las lágrimas, su corazón estaba roto.

-¡¿Estás así por no haber ido?! ¡Por dejarte olvidada por estas semanas, lo siento Audrey pero en verdad me enamorado de Lonnie, Tu eras solo… solo un pequeño capricho y un polvo de viernes!-

La risa de Jay sono, se cruzó de brazos sobre su pecho y miró a otro lado, él también se había cansado de ese juego entre los dos y se había decidido darse una oportunidad con alguien más mientras tanto la princesa Audrey lloraba en silencio, todo el mundo había escuchado sus palabras, nunca la habían humillado y tratada como un objeto, era el dolor más grande su vida, tomó voz de quién sabe dónde, todos la veían inclusive sus amigos de ambos.

-¡Me enamore de verdad de ti, hiciste que mi corazón de muñeca saltará de alegría… Después rompes conmigo… Bienvenido a la miserable vida De Audrey Leister!-

Giro de nuevo, ya nada le importaba, nada en absoluto, ni las miradas, ni el maquillaje corrido, ni las zapatillas que se clavaban en la tierra, nada ya nada, su corazón estaba más que roto y eso era lo único que sentía en ese momento un vacío tan grande que nadie más podría llenar, nada ni nadie.

****

-Creo que se convertirá en tu más grande fan-

Jane señaló con la cabeza al nuevo villano que había llegado a Auradon, uno de los piratas de la tripulación de Uma de la cual se había convertido en una gran amiga, miró por encima del hombro y una sonrisa apareció, aquel apodo se seguía repitiendo en su cabeza junto con los demás, se había tomado el papel muy enserio, cerró la puerta del casillero y antes de pudiera voltear Harry ya estaba sobre ella, una mano en sobre su cabeza y la otra cerrada en su cintura escucho a Jena despedirse, negó un poco cuando Hook trato de inclinarse, salió de ahí y pronunció claro, fuerte y casi gritando.

-La señorita azúcar rosa, labios de licor, la perra de Goma-

Le lanzó un beso, aquella sonrisa orgullosa, con la frente en alto mientras salió de auradon prep, mientras seguí cantando aquella tonta tonada.

A Descendientes one shot's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora