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Billy comenzaba a despertar, los rayos del sol que atravesaban la ventana del cuarto hacia que a sus ojos le lastimaran.

— Buenos días bello durmiente! — Hal Jordan pasó de la puerta y se aventó a la cama haciendo rebotar al menor.

— H-Hal, buenos días — sonrió ligeramente el menor y tallaba sus ojos.

— No pensé que llegarías aquí tu solo — carraspeó —. Pero me alegra porque ayer Arthur hizo que una ola llegara hasta nosotros sólo porque Ted tenía calor y quería nadar hasta allá y bueno — sonrió negando —. Una cosa trae otro y esa cosa trajo a un oficial y ya sabes.

Billy se destapó y vio que tenía su ropa puesta, claramente también no estaba Clark.

— D-Dónde está Clark? — si, tenía que preguntar.

— Él se fue en la madrugada, diciendo que Lois no se que y blah blah blah ya sabes, prometidos — rodó los ojos.

Billy tosió ligeramente tapando su boca.

— D-Debo ir a casa.

— ¿Qué? No, espera. Bear preparó Hot-Cakes y son los mejores. Quédate a desayunar.

— Me encantaría Hal, pero no llame a mamá para avisarle que me quedaría y pues...tal vez q-quiera matarme.

— Entonces déjame llevarte — sonrió de lado.

— Así estoy bien, gracias Hal.

Cuando se iba a levantar, sintió un dolor en su cadera, haciéndolo sentar de nuevo.
Hal lo miró extrañado y se preocupó al ver el rostro del menor.

— Billy, qué pasa? Te duele algo?

— A-Ayer me caí, cuando s-subía las escaleras hehe, no sentí el dolor pero ahora si — mordió su labio y se levantó —. Estoy bien enserio.

— Billy, necesitamos hablar.

— Podría ser mañana? Enserio debo llegar a casa antes que Victor me mate.

— No que te iba a matar tu mamá?

— Bueno, mis padres me matarán, así que...mejor me apuro.












Billy cuando llegó a Fawcett, sentía un dolor como él mismo infierno en sus caderas. Hasta el pobre Shazam lo resintió y no sabía porqué.

— Billy Batson! ¿Dónde estabas?! Ayer se te dijo que me marcaras cuando llegarás a la casa de Scott y nunca lo hiciste! Ni cuando llegaste a su casa ni nada!

— Tranquila Rosa, al menos llegó bien.

— Tú no te metas Victor Vázquez — el mencionado la miró sonriendo pero alzó las manos en son de paz —. Billy, no quiero castigarte.

— Si lo crees justo, hazlo. No pasa nada.

— Billy Batson ve ahora a tu habitación antes de consecuencias.

El ojiverde asintió con media sonrisa que se esfumó al levantarse y sentir de nuevo el dolor, mordió su labio para evitar las miradas de sus padres e irse casi corriendo de ahí (como le era posible).

— Hasta acá se escuchó el tremendo regaño! — Freddy lo miró —. ¿Cansado?

— Como no tienes idea — se dejó acostar en su cama.

— Billy, quiero hablar algo contigo.

El mencionado lo miró, la tonalidad que usó se le hizo raro:— ¿Si?

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