Borracho. Estaba muy borracho. Iba a dar mi primer beso y el estaba ebrio ¿en que mundo vivimos? ¿que les pasa a las personas hoy en día?
Lo aleje rápidamente de mi y oí un murmuro de queja, sabia a lo que se refería, yo estaba igual.
Detrás de el apareció David. ¡Grandioso! ¿Alguien mas? ¿Mama? ¿Papa?
Mi papa se asomaba por las escaleras y puse los ojos como platos. Orlando iba a hablar, pero le tape la boca. No quería que mi padre se pusiera paranoico. Lo imagino, ¿como se pondrá? No me gustaría imaginarlo, aunque explotaría y quizás mate a Orlando. Porque ¡Vamos! Estamos en un escenario muy comprometedor. Estamos muy cerca el uno del otro, a las dos y media de la madrugada. No se, yo lo malpensara. Y lo menos que quiero es armar un escándalo así que rápidamente le hice una seña a David que se encontraba detrás de Orlando, para que se llevara a mi padre. David rápidamente apago la luz y se dirigió a la escalera encontrándose de cara a mi padre. Como pude cargue con Orlando detrás de la encimera de la cocina, le hice señas para que hiciera silencio, el asintió y esperamos a que mi padre tomara agua y se alejara a la habitación junto a David. Gracias a Dios no sospecho nada de David.
Cuando escuchamos ambas puertas cerrarse lo ayude a levantarse y lo anime a caminar rápidamente, y el sin poner queja alguna subió. Me causaba gracia la escena, una gorda estilo Santa Claus, llevaba a un chico lindo a su habitación a las dos de la mañana y le tapaba la boca con las manos, probablemente lo estaba ahogando. Quite la mano rápidamente de su boca para comprobar si seguía respirando. Falsa alarma. Subimos camino a su habitación.
Estábamos parados frente a su habitación, mientras le abría la puerta el se aferraba a mis brazos susurrándome que lo dejara quedarse conmigo porque si no iba a gritar. No quería eso así que acepte, cuando se durmiera me iría.
Acostados en la cama de dos piezas mientras el se disponía a dormir, yo pensaba lo extraño de esta escena.
Lentamente entreabro los ojos. La Luz me ciega y los vuelvo a cerrar. Hago un esfuerzo por volverlos a abrir y siento como estoy pegada a las sabanas. Me estoy asando de calor.
Los rayos del sol se han colado poco a poco por la ventana, haciendo que la oscuridad se transforme en claridad y se dibujen cada uno de los objetos que hay en la habitación. El armario. El pequeño tocador, el espejo que hay junto a la puerta y que refleja la luz que proviene de la ventana. La sombra sobre la cama se va haciendo cada vez mas pequeña, dando paso a la luz que va descendiendo desde mi rostro. En el cielo no hay ni una sola nube y el sol de la mañana se refleja en mi cara haciéndome imposible dormir ni un minuto mas. No se que hora es.
Cuando me invade un recuerdo de la noche anterior. Me quito las sudadas sabanas de encima de un manotazo y me incorporo, quedándome sentada en el borde de la cama buscando los zapatos con los pies. Me froto los ojos en busca de lagañas y me dirijo a revisar la habitación en busca de Orlando, quien claramente no se encuentra aquí.
Me asomo al pasillo en busca de alguien. En vista de que estoy sola me dirijo al baño.
Me lavo la cara, me miro en el espejo y el panorama es desolador. Debajo de las gotas de agua que me caen, aparecen unos ojos hinchados por la falta de sueño, labios secos y casi pegados, algunas espinillas y el cabello vuelto un desastre. Vuelvo a mi habitación busco algo de ropa y me dirijo al baño nuevamente. Unos jeans, una camisola y me meto en la ducha.
Durante el desayuno los nervios me mataban. Estoy temblando. Debo estar roja como un tomate. Si a David o a Orlando se les ocurría decir algo sobre anoche frente a todos seria mi perdición y tortura. Los castigos de mis padres nos eran estrictos ni fuertes, siempre me porte muy bien y no los necesitaron, mas que un castigo me dolería la expresión en el rostro de desilusión o desconfianza en mi.
Como pude despeje mis pensamientos y me dedique a comer lo que habían preparado. Mientras todos mantenían una conversación sobre que haríamos durante el día de hoy. Suspire con cansancio. Sus platicas eran sumamente aburridas. Podría dormir de nuevo con tan solo oírlos.
Desgraciadamente, no pude ignorar las miradas que me lanzaban Orlando y David desde el otro lado de la mesa. Por un momento había ignorado su presencia pero entre mas lo intentaba mas sentía sus mirada sobre mi. Sabia que en cualquier momento Orlando abriría su gran bocota para replicar por lo de anoche.
El sonido de la puerta me sobresalto al instante en que sonó, casi de una manera graciosa. Era mi oportunidad para salir de la cocina pero cuando estaba a punto de levantarme, mi madre se adelanto y de dirigio a la sala. Conteniendo la derrota me removí en mi lugar y pude escuchar a Orlando reír entre dientes. Sabia perfectamente que estaba buscando un pretexto para evitar sus miradas acusadoras y como no lo había logrado, ahora se burlaba de mi. Queria gritar de furia.
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La vida de Margo
Ficção AdolescenteMargo se ve frustrada por su repentina obsesión con el amor. Su vida en estos momentos se define; en como tratar de conseguir el amor, estudiar, cuidar su casa, trabajar. Sumándole a esto sus problemas de salud.