ᴅᴀʏ ғᴏᴜʀ

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¡Beber con amigos siempre es la mejor sensación de todas! Bueno, quizás se había pasado un poco de copas, sus superiores eran cosa seria en querer hacerlo beber pero ¡No era su culpa tener un poco más de resistencia a pesar de ser menor! Quizás tenía que ver con su genética... Además, los encontraba exagerados ¿Por qué tenían que preocuparse tanto? ¡Incluso lo llamaron ingenuo! No cree que lo sea, es que... Bueno ¡Le hace feliz ayudar a otros!

Aunque esta vez sí se sobrepasaron. Ya eran las tres, el frío era palpable al caminar por la desierta calle. Debería haber llamado a un taxi, pero realmente no le gusta tomar uno de esos cuando está bebido, quizás vomite y ensucie el pobre auto... No, mejor evitarlo y caminar.

Apenas logró notarlo al lado de una luz de farol, doblado como un gato en la berma, sentado con una chaqueta amplia, roñosa. Peligroso.

¿Estaría bien?

ー¿Qué haces en este lugar? ー

Lo vio mover los ojos y sin querer tuvo que tragar saliva ¡Sí que eran ojos rojos muy potentes! Sintió un escalofrío recorrerle de pies a cabeza, pero ¿Por qué no le respondía? ¿No podría hablar?

¿Tan herido estaría?

Se agachó a su lado para verlo mejor.

ー¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que llame a un taxi? ー

No lo tocó solo porque lo vio demasiado apoleado, demasiado herido... No quería dejarlo allí.

ー¿Y si vienes a mi casa? ー

Sinceramente no lo pensó, su instinto solo le dijo que no podía dejarlo allí a su suerte ¡Eso no era de hombres! Además algo en esa mirada le dijo que no podía dejarlo solo.

Para su suerte, el sujeto le siguió en silencio todo el camino hasta su casa.

Lo empujó a la ducha ¡Necesitaba un baño tibio con urgencia! Luego vería qué hacer con lo demás, pero debía preocuparse de calentarlo en primer lugar. La noche era fría y la suciedad de su cuerpo haría que las heridas empeoraran.

Buscó entre sus ropas la que fuera más grande. Porque lo notó, era más alto que él, más robusto, no por tanto, pero lo era al fin y al cabo, y si estaba herido era mucho mejor que no tuviera algo demasiado apretado.

Buscó el botiquín también. Los nervios le comían ¿Cuánto tiempo estaba tomando en su ducha? Quizás debía preparar alguna bebida caliente ¿Tendría hambre? Igual era de madrugada y quizás había comido, conoce muchas personas que no comen de tarde y...

El sonido de la puerta hizo que todo pensamiento fuera cortado. No pudo quitar su mirada de él, su nariz tenía una cicatriz que le cruzaba, tenía otra en la frente, desde la cien hasta la mitad de cuero cabelludo, y otra en el cuello, desde la quijada en el lado izquierdo hasta la clavícula.

Profundas, firmes, resaltando aún más sus rasgos masculinos.

Le sonrió.

ーSiéntate, trataré tu herida ー

Golpeó el asiento del sillón que estaba a su lado ¡No dejaría que esa herida también se convirtiera en una cicatriz!

Con todo el cuidado que pudo le trató. La herida era bastante profunda, un corte sumado a un golpe. De solo verla le dolía. Y por eso mismo le extrañaba demasiado el que no se quejara, que no mostrara en su rostro mediante expresiones el dolor que sentía ¿Sería que no podía sentir dolor? Ha escuchado de esas personas.

ーHecho ー

Sonrió más ampliamente al ver la herida bien cubierta y con los puntos perfectamente colocados. Estaba orgulloso de su trabajo. Seguro que era por la práctica que tuvo al caerse y romperse tantas veces a lo largo de su vida.

ー...Hum ¿Quieres un té o café?, creo que tengo también cocoa y-

La robusta mano no le dejó alzarse del todo del sillón. La mirada nuevamente le había congelado. Esos lindos ojos rojos estaban llenos de tristeza.

Fue así derribado contra el sillón. Acorralado cuan ganado. Más no se sintió así.

ーDame tu calor ー

Profunda, ronca, fría, sin vida.

Solo pudo abrir sus brazos y aceptarlo. Aceptar que abriera sus piernas, que lamiera su pecho, que mordiera su cuello, que las robustas manos le sostuvieran desde la espalda mientras sus entrañas eran arrasadas. No evitó que de su garganta miles de sonidos fueran desprendidos sin filtro, porque a pesar de lo rudo que estaba siendo, no estaba lastimándolo. Diría que ese chico parecía lastimado.

La mañana llegó y no había luces de nadie más que de él. Estaba vestido, adolorido, pero completo... Con un montón de dinero encima ¿¡Quién se creía ese!?

¡Esto no acabaría así!

Bien, no esperó que cuando por fin le encontrara estuviera dándole una paliza a alguien pero... ¡Lo iba a escuchar!

Simplemente no podía dejarlo solo.

Lovers 『KiriBakuShima Week2019』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora