Era hora de la cena se que tanto Robert cómo Kathy me están esperando pero no podía dejar solo a mis compañeros leales, Kibō con toda la manada habían viajado lo mismo que yo así que como dejarlos sin comer por eso mientras Kathy entretiene a Robert yo he salido de caza.
– Vamos amigos, hagamos esto pronto antes de que inicien a buscarme.
La manada y yo nos adentramos en el bosque intentando a hacer lo menos ruido posible y vivimos a unos metros un hermoso venado con eso sería por hoy suficiente para todos
– Quédense aquí, sentados.– con mi mano hice un gesto para que guardarán silencio.
Avance unos pasos más para poder posicionarme y tener una vista más limpia de mi blanco, comencé a calcular la trayectoria de la daga pues con esta luz me podría ver fácilmente,
– Respira Amber – me dije a mi misma intentando controlarme y después lance la daga clavándole en un costado pero cuando esté sintió la daga dentro de él intentó huir pero no podía hacerlo con la misma agilidad así que fue fácil para la manada terminar el trabajo; una vez que ellos iniciaron a comer caminé hasta ellos sacando del venado sin vida mi daga
– Listo amigo ahora cenen y después descansen, por ningún motivo se vayan lejos. –
Caminé hacia la salida del bosque mientras limpiaba mi daga para volver a dejarla en su lugar y entonces sentí una presencia de alguien más volteé para intentar ver quién era y sentí un golpe, por la altura de éste y la fuerza me imaginé que era un hombre así que intentamos aclarar mi mente lo más que pude lancé mi mano con la daga en ella clavándola a la altura de su cintura volviéndola a sacar para dar otro ataque.
– Vamos pequeña mientras menos resistencia pongas más compasivo seré contigo– dijo con una voz gruesa sin duda no parecía un aristócrata más bien tenía cara de mercenario, sus ojos eran color café obscuro y en una de las comisuras de su sonrisa tenía una cicatriz que le daba un toque más siniestro y se notaba que le faltaba un diente en su asquerosa dentadura amarillenta y descuidada
– No sabes quién soy yo haré que se arrepienta de esto señor– dije lo más segura que pude sin dejarle ver que en realidad me estaba dando un ataque de nervios
– Si eso quiere la princesa, que conste que intente ser caballeroso – dijo lanzándose sobre mi pero logré esquivarlo – Si que así a su majestad le gusta lo intenso– lo miré incrédula haciendo que bajará la guardia unos segundos en los cual él aprovecho para darme un fuerte golpe en la cara haciendo que mi mundo nublarse así que sacudí la cabeza buscando claridad, él ya me había retirado la daga y comenzaba a subirme a su hombro así que alargue mi mano hasta su cinto sacando de él una pequeña navaja y clavándosela en el otro hombro ante lo cual el me soltó tirándome al piso grite por el dolor en ese momento salió Kibō del bosque junto con toda la manada
– Ahora dime quién eres y quién te mando si no te quieres convertir en su cena – dije apuntando con una daga hacia él mientas que los lobos hicieron una rueda a su alrededor el se levantó y sacando la navaja de su hombro amenazando con ella a todo aquel que se le acercará
– Yo que tú, sería más inteligente y comenzaría a hablar no me gustaría hacer enojar a una manada completa de lobos; de unos tal vez me pueda defender pero todos la verdad no lo creo posible; Así que ¡ahora habla!– le mire con asco mientras sentía un pequeño mareo pero este no era el momento de flaquear
– Mi nombre es Matthew soy el anuncio de aquello que cambiará o tal vez termine con tu vida y trabajo para tu tío resulta que él ya sabe que estás aquí y se ha unido a aquellos que desean matar al rey y su familia y que mejor manera de iniciar que con el heredero– dijo sonriendo de manera sínica
– ¿ Y yo que tengo que ver con ellos? – dije intentando disimular la sorpresa de que supiera sobre mi relación con Alexander
– El laird del clan MacDouglas se lo contó a tu tío cuando él fue diciendo que estaba preocupado por ti y que eras la única familia que le quedaba así que el Laird le dijo todo–dijo burlándose de mí
– Sabes no le tengo miedo a mi tío y estaré lista para cuando venga– clave mi daga en su estómago haciendo que gritará del dolor – chicos es todo suyo– y los ojos del él se abrieron con sorpresa y dolor mientras la manada se le lanzaba encima y caminé hacia el castillo intentando no desmayarme podía sentir mi sangre recorrer desde mi nuca hasta mi espalda mientras lo escuchaba gritar de dolor y decir – esto no evitará tu final, ¡ Morirás tu y todos a los que amas! ¡ Eres una estúpida si crees que vencerás a tu tío!–
Cuando estaba a unos solos pasos de la entrada sentí como todo se volvía obscuro y mis piernas comenzaban a fallarme, no me respondían para seguir mi camino, no podía escuchar ni sentir nada más pero al caer mi amigo Kibō se puso en donde mi cabeza daría el golpe.
***
Narra Robert:
Bajé para la cena preparado para la noche que se podía desarrollar con los continuos desaires de Victoria pero en realidad es la hija de un Laird, hermana de un duque y nieta de uno y no uno cualquiera sino que es una Wellington pero ella tan libre, salvaje en general toda una guerrera criada para ser una señora no una dama y en realidad me asusta aunque me divierte la miro más como una hermana que como algo más además sus hermanos son para mi como mis propios hermanos quería que fueran mis propios hermanos, mi familia, ¿es tanto pedir?
Las puertas del comedor se abrieron y después de que tocaron dos veces en ellas sacándome así de mis pensamientos para sumergirme nuevamente en ellos pues vi a Kathy entrar en el comedor con un vestido color azul celeste con un escote de corazón permitiendo así obtener una pequeña vista del inicio de sus pechos, levante mi vista para toparme con sus hermosos y definidos labios rosados, su pequeña y delineada nariz, unos hermosos ojos azules que parecía el mar mas profundo que si los seguía observando me llevarían a la deriva así que levante un poco más mi vista para ver su perfecto cabello rubio con bucles en un elaborado recogido que remarcaban todas sus facciones. Con esa vestimenta parecía una perfecta dama con la cual no dudaría en casarme pues parecía tener ese carácter maduro pero flexible que la hacia parecer que ella contaba con luz propia; era la primera vez que la miraba de esta manera.
– Señorita Katherine, buenas noches por favor tome asiento– le dije mientras movía una silla para que pudiera sentarse
– Muchas gracias Milord por todo lo que está haciendo por nosotras– sonrió de una manera tan angelical que me quede como un tonto viéndola mientras yo mismo tomaba asiento
– No tienen nada que agradecer, John y Edward para mí son como mi familia así que haría lo que fuera por ayudarlos– dije sincerándome más de lo que me habría gustado
– Veo que se aprecia mucho a los hermanos de Victoria–
– Así es hemos compartido muchas cosas juntos; se cuánto aman y protegen a su hermana así que ahora que yo puedo hacerlo, intentaré hacerlo como ellos lo harían–
– Sé que Victoria puede parecer complicada o a veces irritante pero a pasado por mucho y eso a causado que desconfíe de todos y le cueste socializar pues entre menos apego tenga con las personas más fácil es sobrellevar la pérdida–
– Pero eso solo da inicio a una vida solitaria–
– Puede ser pero piense en esto: todos cuando se nos arrebata la inocencia, para sobrevivir decidimos formar un muro a nuestro alrededor que nos protege a lo que queda dentro de nosotros para de esa manera conservar un poco de nuestra esencia–
– Tienes razón aunque a veces arriesgar vale la pena por los resultados…–
– Depende del precio que se esté dispuesto a pagar–
– Parece que conoce muy bien a Victoria–
– Así es, más que mi señorita ella es mi amiga, aunque en realidad ella es muy independiente–
– Eso he escuchado y por lo que e visto es bastante independiente–
– Después de que su madre murió ella tuvo que aprender a hacer muchas cosas–
– Cazar, manejar la espada y lanzar dagas, ¿es parte de la crianza de cualquier joven? –
– No señor–
– Solo dime Robert por favor– vi como sea sonrojaba y asentía solo hacia que se viera más hermosa asi
– Está bien… No Robert, eso por lo regular es solo parte de la enseñanza para los hombres pues estos son los que serán guerreros pero ella estaba muy deprimida y fue el método que encontraron sus hermanos para que ella sacará toda su tristeza y además se le olvidó que es excelente con el arco y sabe algo de curaciones–
– Vaya si que aprovecho el tiempo–
– Si ella siempre es así y la admiro por eso–
– Vaya pues sí que le aprendido aunque sea el arte de la conversación aunque ella de usted debería aprender la puntualidad–
– Sabes es extraño que aún no llegue, si me lo permite iré a buscarla a su habitación.–
– No espera, le pediré a una doncella que lo haga, ¡ Mary!– apareció una muchacha en cuestión de segundos – por favor ve y busca a lady Victoria en su habitación–
– Claro señor, enseguida– ambos vimos la doncella desaparecer por los pasillos y regresar con rostro de preocupación en unos minutos
– ¡Señor! Lady Victoria no se encuentra en su cuarto y no aparece en todo el castillo–
– ¿ Qué? – fue lo único que Kathy pudo articular, se escuchó como dejo caer su vaso entrando en un estado de crisis
– Mi señor ya hemos buscado en cada una de las habitaciones y en el jardín y la señorita no aparece– dijo la pobre muchacha revolviendo sus manos nerviosa.
– Pronto llama a Scott para que junte a varios hombres para buscarla por los alrededores y que preparen mi caballo- dije poniendo me de pie
– No puede estar pasando esto–dijo Kathy antes de romper en llanto
– Tranquila te prometo que la encontraré y la traeré de vuelta– tome sus manos entre las mías y la abracé intentando consolarla
– Señor ya está todo listo esperamos sus órdenes– entro Scott corriendo en el comedor
– Muy bien vamos– me puse de pie
– Puedo acompañarlos por favor– dijo ella aún con lágrimas en los ojos
– Claro que si, vamos–
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¿Quién soy? #PGP 2019
Historical FictionSoy Amber McCarthy mejor conocida como lady Victoria Wellington hija de unas grandes personas los duques de Wellington, el duque Alfred McCarthy y la duquesa Karen Kennedy. Se esperaba que fuera una lady perfecta pero no me sentía feliz con eso en...