Hija de Dioses

Amor destinado

RAVEN

"No me entra esto en la cabeza". Resoplando me masajeo la sien. Llevaba dos horas intentando aprenderme la tabla periódica de Física y Química pero parecía que era imposible, se resistía a ser memorizada por mí. Veía en la tele como auténticos científicos se la sabían al dedillo y sin vacilar y yo en cambio no me acordaba más de dos o tres. No quería pensar en otra cosa y por ello estaba estudiando, por lo menos estaba en algo que no significara tener la mente libre. Ya que si así era podía envolverme en algo que no me dejaría pegar ojo por las noches y me despertaría aterrada y empapada de sudor. Por eso me resistía a no dejar abandonada la tabla periódica para así sentirme un poco en compañía hasta por la noche. Ése era mi momento más especial y ansiado del día.

Os preguntaréis porqué, bueno a excepción de cuando había clases tenía la compañía de Zero y Dimitri, sí habéis leído bien, los dos juntos. Parecía un milagro que la casa todavía no hubiera explotado con lo opuestos que son, se pasaban todos los días chillandose y tirándose cosas, yo por mi parte me mantenía al margen, eso sí me reía como nunca y eso lo notaban. En cuanto a mi relación con Dimitri mejoró bastante desde la última vez que estuvimos en el cielo, se había preocupado mucho por mi y aún todavía seguía saliendo con Laura, pero ami no me importaba le veía como un hermano. Así que le contaba mis secretos y mis miedos, pero en cambio no necesitaba decirle nada a Zero porque siempre estaba al momento en el segundo, si en cuanto lo sentía o pensaba, él ya lo sabía con lo que muchas veces era un alivio no tener que decirle lo que me pasaba por la mente en ese preciso instante. Y podía actuar de forma más libre. Sé que estáis deseosos por saber que fue de nosotros, bueno, me da algo de vergüenza decirlo pero cuando volvimos. Me acompañó a mi casa y se quedó a dormir conmigo, no, no hicimos nada, aunque eso no quita que fue la cosa más embarazosa del mundo y que ninguno de los dos pegamos ojo en toda la noche.

Cuando conseguí dormir y fue la hora de despertarse (12:00 pm) me levanté dormida aparte de no ver ni un pimiento, me dirigí a la cocina por propio instinto porque tenía un hambre espantoso y me quedé de piedra al comprobar que me había  preparado un desayuno espléndido situado en una bandeja encima en la mesa de la cocina, y junto a ella una carta especialmente doblada y de color azul cielo que invitaba a leerla. Noté dentro de mí que se había ido, aparte por el olor que indicaba que se había ido hace tres horas porque le notaba, tenía cosas que hacer, le reclamaban y entonces al leer la carta leí en voz alta:

  "Mi dulce preciosa ángel demoníaca, siento no estar en tu momento del despertar, como al mismo tiempo por haber estado ahí, no dormiste y, sí,   sabes que lo sé al igual que tú sabes que yo tampoco pude pegar ojo. Realmente ha sido horrible no haberte podido rozar, tenerte al lado y no poder tocarte es como estar sediento y tener una botella de agua en la mesa. Es la peor tortura que me podría haber imaginado nunca, yo un demonio de mi calibre sintiendome así por una preciosa doncella como usted. Bueno me estoy desvariando mucho, lo que quería decirte es que desde que te he conocido me he vuelto un sensiblon sentimentalista con una  única cosa en mente (tú) no puedo hacer nada que no me recuerde a ti, ni siquiera durmiendo, apareces en mis sueños y me haces sentir cosas que nunca había sentido, me transmites paz y me haces ver que no merece la pena muchas de las cosas por las cuales la gente se pelea u otras cosas.

Ya siento que voy a explotar si no te tengo, a veces pienso que podrías enamorarte de otro y eso me mata. Se que soy un poco egoísta, pero por más que lo he intentado no he podido, eres la parte qur me hace vivir. Por eso mi amada Raven Riny, ¿me harías el honor de ser tu novio?

Pd No hace falta que me lo digas en voz si no quieres.

Muchos besos de tu demonio preferido."

Me puse a llorar de la emoción que me brindó la carta, no tenía que decir nada como me dijo él, pero aún así lo hice.

"Si, si quiero" dije llorando como una boba.