En sus brazos

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Entré y al verle me arrojé a sus brazos dejandome consolar, ya no sabía quien era el bueno o el malo pero tenía que dormir y descansar y por supuesto no iba a volver a la casa de mi tío lo tenía muy claro. El único que podía confiar de momento era en él aunque sólo lo parecería pues también le estaba espiando para saber sus intenciones. Me preparó mi habitación en la que dormiría pues era la suya, aunque aún así no se me hacia justo que durmiera solo, solo porque yo había venido a pedirle ayuda. Mientras yo estaba sentada viendo una película que recordaba desde que era pequeña la de king kong ya estaba empezada e iba por el final, lo que yo más odiaba (la escena donde muere y se cae del edificio) e inevitablemente volví a llorar pero esta vez por la peli.

No me di cuenta de cuando terminó de prepar la habitación sólo me di cuenta que estaba apoyada en el, mientras éste me acariciaba el pelo, tendría que haberle parado pero me gustaba en la forma de cómo me cuidaba y me transmitía amor.

Pasaron las ocho y de golpe me desperté, ¡me había dormido encima de él!. Me tenía que haber levantado en su debido momento no haberle dejado que me consolara..pero a quien pretendía engañar necesitaba cariño y amor de alguien y reconozco que quería que fuera el quien me lo dara y parecía tan inocente rico sin haber roto un plato en su vida..un ángel caído del cielo que deseaba que fuera mio para siempre.

Me podría pasar toda la vida mirándole sin que me cansara, sin embargo en ese mismo instante me empezó a picar la espalda, ya me había pasado otros años e había ido a médicos de todo el mundo pero no notaban nada extraño, el caso es que cuanto más crecía con la edad más me dolía y más insoportable se volvía.

Me dirigi al baño, a ver que tenía. Al entrar algo captó mi atención una suave pluma encima del lavabo, me decía que me acercara y yo por imprudente en cuanto la rocé, el dolor se hizo notar de una forma que mi cuerpo empezó a convulsionarse de tal magnitud que me vi en el suelo.

No sabía si gritaba o no solo notaba dolor, dolor y más dolor pedía a gritos que alguien me matara no tenía derecho a sufrir...entonces todo se volvió negro y dejé de sentir.

CAPÍTULO III El lugar

Me desperté de un golpe, estaba en una habitación totalmente de blanco,una blancura que nunca habían visto mis ojos y dolía, era una habitación que parecía haber sido hecha para mi tenía toques modernos y otros con dibujos en las paredes de dragones y formas célticas mis favoritas, quien lo hacia decorado parecía conóceme muy bien...pero ¿Quien?¿ Y que hacía aquí?, muchas preguntas y ninguna sola respuesta los cerré y sentí que la cama era muy calentita y de un tacto de plumas...entonces me acorde del dolor y salté de la cama en dirección al lavabo, miré en el espejo entonces vi dos claras alas negras de un color que dependiendo de la luz se volvían violáceas o azules me quedé sin respirar, sin duda debía ser una alucinación y me desmayé.

-¿Raven? ¿Me oyes?

Escuchaba esa voz, sin duda era de Dimitri lo reconocería en cualquier parte, abrí los ojos y ahí estaba el

Miré a mi alrededor y seguía estando en esa extraña habitación, dirigí mi mirada hacía atrás y las volví a ver, cuando le mire tenía los ojos llorando

-Tranquila se que estas confundida y desorientada pero luego lo entenderás

-¡NO,quiero saberlo ahora!

-Necesitas calmarte,en cuanto a lo otro no depende de mí

-Me da igual me lo vas a decir si o SÍ

Estaba fuera de control él lo sabía,le empujé y salió disparado contra el suelo pretendía escapar cuando ví como se levantó y aparecieron dos alas blancas a su espalda como las mias

-T...t..tu tambien tienes

-Si

Se aproximó a una velocidad que ni le ví cuando abrí los ojos estava tumbada bocarriba en la cama y ek encima cogiendome las muñecas para no escaparme

Hija de DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora