Hija de Dioses

Vacaciones Navideñas

RAVEN

Ya habíamos pasado la época de exámenes, cosa que me sobra decir que entre que soy muy vaga y que Zero estaba casi siempre a mi lado, no había tenido mucho tiempo para estudiar. Dimitri tampoco es que lo hubiera pasado mucho mejor que yo, puesto que Laura era una auténtica cargante y él estaba exasperado. Hacía todo lo posible por no reirme, de verdad me daba tanta lástima pero... cada uno tiene lo que tiene.

Hoy día 21 de Diciembre a unos tres días de nochebuena, eran los típicos días en los que no te apetecía salir, ya sea porque hiciera demasiado frío o por simplemente ser una vaga. ¿Mi caso? Diría que las dos, estos últimos meses de verdad intenté animarme a pesar de todo, pero siempre como cual moscardón venía a mi mente mi tío. No es tanto de extrañar que lo hiciera, ¿quién no lo haría? Pero ahora no es tiempo de deprimirse aunque tengas todas las papeletas para ello. No señor, esperaba ansiosa que la fecha llegara y encontrarme cara a cara con mi hermanastro o hermanastra y salvarle, era mi meta y mis ansias de salvarle eran infinitas.

Había quedado con Lulu y Sarah para ir a comprar cosas de Navidad y regalos, es decir tarde de chicas y de muchos paracetamol. Porque el dolor de cabeza que padecería sería épico, no tuve mucho tiempo para poder lamentarme ya que recibí un mensaje, donde me decían que estaban llegando a mi casa.

Dimitri sería quién me acompañaría en este momento, por si las moscas. Intenté por todos los medios que no viniera, no porque no quisiera es que más bien porque veía excesivo que todos los días alguno de los dos tuviera que estar detrás mía como guardaespaldas, ¡joder ni que fuera el rey! Pero vamos a ser sinceros era la hija de ambos reyes mucho más importantes que todos los terrestres actuales o antiguos, con lo que no me podía escaparme. Con resignación salí de la puerta de mi casa y antes de cerrar miré por encima si había algo que se me olvidaba o estuviera descolocado. La pena es que estaba todo en orden con lo que no me podía quejar porque haya algo descolocado sino más bien al revés.

Me acerqué lentamente hasta la puerta de Dimitri y llamé al timbre, hacía bastante tiempo desde la última vez que lo hice y el resultado no fue muy bueno que digamos, empezando por como se cabreó y salió a matar a Zero. Ahora que lo recordaba me hacía bastante gracia e incluso cómico, pero en su día.. Dios sabía como temía por los dos aunque eso ya parecía a ver desaparecido y se toleraban bastante. En fin, me quedé esperando impacientemente ya que yo no era de las que hacían esperar ni mucho menos, me encantaba estar ahí la primera y así que no pudieran decirte nada ya que eras la primera, gilipolleces pensaréis pero cada uno tiene sus manías y la mía sin duda era esa.

Abrió la puerta unos segundos después, a juzgar como iba; con los ojos medio cerrados, el pelo revuelto como un nido de de pájaros, sin camiseta que se le veían todos los músculos, dios era un modelo griego esculpido en carne y hueso, en boxers negros, etc. Hice por mantenerme en calma, pero tuve que cerrar la boca ya que se me caía la baba como una gran cascada, en su lugar me volví roja como un tomate, ya que nos es que hubiera visto muchos cuerpos de hombres así y por supuesto aparté la vista con lo que no me pude fijar en su cara, él en cambio me habló como si fuera lo más natural del mundo.

- ¿Ah que ya es la hora? dijo restregándose los ojos delicadamente. Parecía un niño pequeño.

Tuve que respirar hondo tres veces para no gritarle, ¿cómo se le había podido olvidar? Cuando precisamente insistió en llevarme él, la verdad no lo entendía. Muchas veces me había pasado ese tipo de cosas y tenía que tener una paciencia infinita para los dos o sino me los habría cargado hace ya mucho tiempo. En lugar de contestarle respondí.

-¿Cuánto vas a tardar en vestirte? O mejor pensado, quédate y duerme y yo me voy con ellas que ya deben de estar abajo esperándome. Dije esperando que accediera y así no viniera conmigo.