Quizás mañana. ➥ ˗ˏˋMinchangˎˊ-

Nunca.

Sin más Changbin se quedo en silencio, esperando a que el otro chico (o mejor dicho hombre) hablara, dijera quien era.

Aún que suponía que sería el médico, o enfermero, por sus pintas lo parecía, para que mentir.

El chico se sentó en una silla que había acercado a la camilla de Changbin.

El más pequeño desvió la mirada bastante rápido, se sentía incómodo por algún motivo, y no entendía el por qué.

-Soy Lee Minho, encantado, seré tu psicólogo por estos momentos, se que es fuerte este hecho, pero, espero que nos podamos llevar lo mejor posible.- Se quedó mirando al chico de pelo negro, que simplemente tenía la mirada baja, no sabía la situación que le había llevado al casi suicidio, pero, si había tenido la valentía (por llamarlo de alguna manera) estaría bastante grave.- Va pequeño, puedes hablarme... No haré nada, lo que digas se quedará entre estas cuatro paredes, solo tú y yo sabremos esto, ¿vale? -

Changbin al escuchar eso le miró con los ojos casi llorosos, no iba a hablar, ¿por que ahora? Cuando casi estaba a punto de morir le dan atención, solo cuando casi muere.

No iba a hablar, ni mucho menos.

El más mayor de los dos entendió eso y suspiró, tendría que coger otra técnica.

-Mírame, soy tu nuevo amigo, se que, pensarás que es mi trabajo, que necesito esto por el dinero, pero, pequeño, esto lo hago por ti, yo no conozco tu historia, ni tu la mía, así que, ¿por que no nos ayudamos?-

Sus ojos conectaron con los de aquel psicólogo, ¿por que se iba a tomar la molestia de hacer eso? Obviamente, no iba a hablar, por ahora no.

Tenia miedo, sabia que cuando le dejaran salir se suicidaria, y ahora de verdad.

Sabía que eso no iba a ayudar en nada.

🌸☁️

Changbin en toda la hora no soltó ni una palabra, como mucho asentia o negaba, pero poco más.

En cambio, Minho se empeñaba en sacarle una triste palabra, pero era imposible.

Sin más, los médicos llegaron, tenían que seguir con alguna prueba para ver que las heridas se curas en bien, y Minho tuvo que irse.

Changbin por su parte se negaba a pensar que de verdad necesitaría a alguien.

No iba a hablar nada, ni un triste hola.

Pero, no sería tan fácil parar al contrario.
Como había dicho, el no sabía nada del otro, ni el otro de el.

Pero, puede que mintiera, puede que Minho conociera demasiado bien a ese pequeño.

Puede que Minho simplemente apostara por él.

Simplemente puede.

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Gracias por los 400, espero que les guste mucho la historia, son los mejores úwú.