No.

908 140 38
                                    

Abrió los ojos, recibiendo una fuerte luz... ¿Estaba en el cielo?

El cielo... Existía al final... El había muerto y ahora podía abrir los ojos, quería morir, no seguir viviendo en un cielo o un infierno, quería morir, quería ver esa oscuridad que decía la gente, ese vacío que se siente, esa bonita nada que deseaba.

Se acomodó en la suave cama, miró a los lados cuando sus ojos se acostumbraron a esa luz, esa luz de sol... ¿En el cielo había sol?

Miró a su lado, y su corazón se volvió diminuto, eso, no era el cielo.
Había muebles, una ventana donde reflejaba a niños jugando, paisaje, nubes, árboles, pájaros, el sol...

El se había matado, el no estaba ahí... No había posibilidad de que le salvarán.

Miró sus brazos de manera rápida, viendo las vendas que cubrían este, eran blancas, sin gota de sangre.

No lo había echo, estaba vivo, y, lo único que pensaba que se le daría bien la había cagado.

Ni para morir servía...

Morir. Eso quería, no se arrepentia de eso, pero, se odiaba por no haberlo echo bien.

Se intento mover de la cama, peto le era imposible, tenía grandes mareos, y se movía todo.

¿Quien le había llevado a ese sitio?

Su madre no estaba, así que ella no.
Entonces, ¿quién?

Miró a un lado, había otra cama, sin nadie en esta, aún que estaba desordenada y mal echa, luego, miro a su lado, donde había una mesita, en esta había una pulsera.

A Changbin le llamó especialmente la atención, y, con dificultad por los cables, la cogió.

Una pulsera... Si se le podía llamar así, más bien, era un hilo, un hilo rojo.

No le recordó a nada, pero, se la guardó en el bolsillo que llevaba su camiseta.

Siguió buscando algún indicio de alguien, que hubiera entrado, que le hubiera dejado algo, o que hubiera llorado por el, pero, no había completamente nada.

¿Quien le había llevado allí?

Su cabeza empezó a darle pinchazos, y se llevó sus manos a esta, para apretar.

Era un dolor fuerte, la máquina que marcaba su ritmo cardíaco subió progresivamente.

No recordaba nada, nada de como había llegado, era un vacío en su cabeza.

Un vacío, solo negro, solo oscuridad.

Luego, miró su camiseta, la cual había guardado ese hilo, no lo había notado, pero, no era suya, ni de nadie que conociera.

Una camiseta de alguin que no llega a recordar.

Miró a la ventana, no se podía ver mucho, pero, lo que llegó a ver fue una bonita ave, volando.
Era de colores verdes y grises, seguro que de las más bonitas de su especie.

Volaba cerca, piano algo, o eso suponía Changbin, hasta que esta, sin motivo aparente, se choca contra la ventana.

Un choque el cual a Changbin le sobresalga y pega un grito.

Un golpe el cual mata a la bonita ave.

Una ave la cual Changbin estaba apreciando.

Quizás mañana.       ➥ ˗ˏˋMinchangˎˊ-  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora