Palabras.

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Changbin quería morirse con más rapidez que antes. Odiaba ese sitio demasiado, mucho diría el.

Todo era monótono y aburrido, le recordaba a su vida pasada, donde, no hacía completamente nada diferente.

El color blanco le ponía demasiado nervioso, no le gustaba nada, iluminaba todo y era jodidamente horrible, ¿por que blanco y no verde? ¿Rosa? ¿Lila? No. Blanco tenía que ser.

Llevaba metido ahí dos días y sentía que ya no podía más, dos simples días.

Miró a la puerta, ya que escuchó a gente hablar a través de esta, ¿quien era? ¿Que querían ahora?

Seguramente se presentaría otro médico, para ver sus jodida heridas, per, ya estaba recuperado, ¿por que seguia ahí metido?

Al abrir la puerto, Lee Minho entró por ella con una sonrisa dulce. Odiaba a ese chico, ¿por que sonreía? Que le pasaba en la cabeza para ponerse así de feliz al estar con "enfermos", ya que el no era uno.

-Hola pequeño, ¿hoy me vas a hablar?- Había un silencio grande, así que eso le hizo saber que será como siempre- Veo que no lo harás.

Se sentó en aquella silla, el era el único que había ido a "verle" por que en parte era su trabajo.

No podía ser que pasara lo de la vez anterior. Básicamente fue una hora de silencio, cada uno mirando a lo suyo, aún que Changbin de vez en cuendo miraba a Minho. Pero, nada de importante había ahí.

-Se que puedes tener trauma de algo, o tengas miedo, pero, en estas cuatro paredes estamos tú y yo, podré dejar mi faceta de psiquiatra si quieres, lo haré, pero, quiero que me cuentes sobre ti Changbin, no es malo ni para ti ni para mi- Dijo con un tono relajado, se veía confiado hablando- entiendelo, solo quiero que esta persona maravillosa de aquí brille con luz propia, así que déjame ayudarte.

Esas palabras habían le habían chocado demasiado, era todo tan... ¿Bonito? No sabía como describirlo, pero, al pequeño de Changbin le había gustado demasiado.

Miró a Minho, nunca nadie se había tomado el tiempo suficiente para hablarle de esa manera, nunca nadie le había dicho nada así.

Y joder, se sentía bien.

Changbin se sentía bien.

Abrió la boca para pronunciar algo, pero falló al instante, eso costaba demasiado, ¿como le diría lo que le pasa? No podría, no sabía ni como decir hola.

No hablaba con nadie, pero, ahora tenía la necesidad de decirle lo que le pasaba dentro suyo.

Y había conseguido eso con unas palabras, unas bonitas palabras.

Si tuviera fuerzas para hablar... Pero, ahora no las tenía, no podía. ¿Por qué era tan negativo?
En verdad el podría hablar, pero no lo hacía por miedo, y esa era la realidad que, él, Changbin no quería aceptar, pero que no quería y ya.

Miró a Minho, el estaba expentante, aún con su sonrisa dulce para todos -eso se pensaba Changbin-.

Sin poder evitarlo, tosio para aclarar su voz y cerró de manera fuerte los ojos.

-Ho-hola... Minho...- Su voz era demasiado dulce, pero hablaba muy flojo.

Aún que, eso a Minho no le importó nada, por que sonrió más de lo que antes hacía.

Changbin pensó que era por que estaba feliz o orgulloso, pero, era imposible, nadie se sentía feliz, y mucho menos orgulloso por el otro.

{🌿✨}

Espero que los exámenes finales os vayan bien (para gente de España) y mucha suerte, por fin me he dignado a subir capitulo.

Espero que os guste, y muchas gracias por apoyar la historia¡!

Quizás mañana.       ➥ ˗ˏˋMinchangˎˊ-  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora