6. Je ne te connais pas

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Había sido una dura semana en aquel hospital. Jimin jamás me visito. Nadie lo hizo. Solo Jin pasaba a verificar mi estado y el como iba mejorando, de ves en cuando me daba una pequeña  charla sobre lo malo que era autolesionarse. 

Regresaba a casa, iba totalmente distraído. Un  auto se dirigía a mí, mismo color, mismo modelo y la misma horripilante música. Asi que así se sintió Jung Min. Estaba sonriéndole a ese hijo de puta para que acelerara. Pero el auto jamas impactó en mi cuerpo. Mi cabeza dolió un momento. Y la escena era completamente diferente. Una fila de autos estaba frente a mi sonando el claxon con fervor. Miré confundido a los conductores. ¿Qué mierda acababa de pasar?.

Seguí caminando hasta llegar al parque frente a casa. Me senté justo debajo del mismo árbol. Mi mente comenzó a recrear la escena. Tomé una rama que había caído de alguno de los árboles, y fingí que era una espada, fingí que mi hijo estaba parado frente a mi sonriendo, que estaba jugando con él, aunque realmente no lo estuviera. Estaba sonriendo mientras lloraba. Lloraba desconsoladamente, nadie podría entenderme en este momento. Me arrodillé sobre el pasto, mientras lloraba aún más fuerte. Solo quería que me regresaran a mi hijo. Quería tenerlo de vuelta. Pero de verdad.

—Estas hecho una mierda. No lo devolviste a la caja, ¿cierto?

Y ahí estaba aquel sujeto viéndome de manera extraña. Su sonrisa era cuadrada, verlo tan de cerca, arrodillado frente a mi me hizo darme cuenta. Darme cuenta de que su sonrisa está cosida a su piel, sus ojos eran sujetos por fibras de estambre para mantenerse abiertos. Mi cuerpo se estremeció. Que mierda le había sucedido ¿siempre habia estado asi?

—No te asustes, tu estas igual.

Saco de su bolsillo un pequeño espejo, y lo puso frente a mi. Mire mis ojos. Estaban llenos de hilos y sangre seca. Mis ojos ya no eran simétricos. Uno se veía exageradamente más grande que el otro. Tenía puntadas por todos lados de mis párpados. Y no solo eso, mire mis muñecas recordando las pláticas de autolesión de Jin, tenía enormes bultos y profundas heridas. Mis cuerpo comenzó a temblar. ¿Que mierda me había sucedido?

—Yo también soy víctima. Debes detenerlo ahora. Antes de sea más tarde. Han pasado más de diez días; no ha sido devuelto a su caja.

—¿Qué debo hacer? ¿Qué está pasando?

—Tu querias a tu hijo de vuelta, y eso fue lo que hice. Pero el tiene odio, odio a la persona que lo dejó morir. O sea, tu. Quiere que sufras de la misma manera. No solo eso, lo hará con todos los que él haya conocido en vida. Y si él quiere, que es lo más probable, con todos los que pueda. 

—¿Quién mierda eres tu? ¿Por qué haces esyo?

—Vetala... —lo mire incrédulo—... broma, mi nombre es Tae, Taehyung, Kim Taehyung.

—Bien, ¿Qué es lo que debo hacer?

El sonrió, se podría decir que de manera macabra. Parece que esperaba a que le preguntara aquello. Ya que su sonrisa era demasiado satisfactoria.

— Matalo. 

—¿Eh?

—Debes romper el reloj de arena, ya que eso lo tiene atado, y luego matar a tu hijo. Pero ten cuidado, parece que ya domó a tu esposo. Recuerda que esa cosa no es tu hijo.

—Tranquilo —dije tranquilamente— ya  he domado antes a mi esposo.

Él pareció no entender. Pero yo estaba seguro de lo que haría después, mataría a esa cosa y recuperaría mi vida.





Dollmaker (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora