FIMA

Un visitante inesperado

He pasado aquí durante dos días, es de mañana y la doctora Lee estaba examinando mi cuello y pregunta:
-¿Segura que no quieres que le avisemos a alguien que estás aquí?
-Sí- dije con dificulta por alguna razón me constaba hablar.
Pero no era verdad, lo cierto era que no tenía a nadie, mi familia me había abandonado a los 12 años, la única persona era mi mejor amigo pero el no estaba en el país.
- Veras Sarabia-dice con alivio.
- Oh por favor no vuelva repetir ese espantoso nombre, sólo dígame Sari-dije con dificultad
Cunado oí ese horrible nombre fue como que veneno corriera en mí, decenas de recuerdos vinieron a mi mente, desde hace años no había escuchado ese nombre, todos me decían Sari, así que me había tomado por sorpresa.
- Ok Sari, afortunadamente tu cuellos no está roto sólo muy lastimado, así que hoy puedes irte a casa a descansar por una semana, trata de no hablar y recuerda tener cuidado mientras trabajas, tu jefe me contó todo lo sucedido, en verdad espero no verte aquí de nuevo- añadió mientras reía.
Bueno por lo menos alguien aquí está de buen humor
Después de unas horas mi Jefe me llevó a casa y me dijo que obedeciera a la doctora y que ni se me ocurriera acercame al trabajo en menos de una semana, me preguntó si me podría cuidarme sola, a lo que yo asenté con la cabeza.
No estaba segura pero lo intentaría
Luego se fue, Héctor no era una mala persona, creo que se sentía culpable por esto, así que por eso lo hacía.
Después de unos minutos me quedé dormida.
Un sonido proveniente de la cocina me despertó, inmediatamente decidí investigar llevando conmigo un libro, no iba a servir mucho para defenderme pero estaba tan asustaba y débil que no me importo. Cuando llegué a la cocina, vi a la única persona que amaba en el mundo, mi bello Iván, yo lo había conocido desde los 12 años, después que me abandonaron me llevaron a un orfanato y él estaba ahí, me dijo que casi no recordaba a sus padre pero que muy seguido tenía pesadillas con ellos, soñaba que dos sombras los seguían, lo llamaban por su nombre y luego lo intentaban matar, yo sólo le decía que era un simple sueño y quizás esas sombras ni siquiera eran sus padres, pero él lo seguía creyendo, ambos nos teníamos el uno al otro y juramos por nuestra vida que si llegabamos a los 30 años soltero nos tendríamos que casar para no estar solos toda la vida.
Al estar en el hospital recordé esa promesa, pero sinceramente no sabía si él estaría dispuesto a hacerlo, nunca jamás me había imaginado a Iván casado, él no era un típico padre de familia, la verdad me daba miedo el hecho que se casaría conmigo, porque sabía que él nunca me sería fiel, él era un completo mujeriego, durante el tiempo que estuve cerca de él o sea durante el tiempo que estudió su carrera de Arquitectura conocí al menos a 100 mujeres con las que él había estado hasta que decidió aceptar su primer trabajo y se fue a España, se quedó hasta ahora, bueno es lo que yo creía, la verdad no podía comprender porque Iván estaba aquí.