Mi futura esposa

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En ese momento no pude parar de reír

- ¿Por qué eres así? ¡Te burlas y rechazas mi amor!-dijo mientras me soltaba.

- Perdón, pero esto es muy raro, además deberías estar durmiendo en el suelo- todavía reía.

- Pues no lo haré, me quedaré aquí.

En ese momento lo intenté empujarlo para que cayera al suelo, probablemente no le dolería caer ya que había una alfombra que cubría casi todo el suelo del cuarto, pero que nunca había limpiado.

Cuando trataba de empujarlo me abrazó para caer junto a él y efectivamente caímos, estaba encima de él, me abrazó más fuerte.

- Puedes dejarme ir-dije tratando de soltarme de sus brazos.

-¡No!, hace años que no te veía, lo único que he querido hacer desde que te vi es abrazarte, sólo un minuto.

Correspondí su abrazo- Está bien, pero no te aproveches, controla tus impulsos sexuales.

En ese momento me soltó- Ohh Mi Bia es experta en arruinar los momentos felices, sabes mejor me quedo en el suelo, no quiero dormir con alguien que no confía en mí.

- Ok, buenas noches - dije sin remordimientos mientras me levantaba e iba hacía mi cama.

- Oh mi Bia es tan...

-¡Ashhh! Ya ven y cállate, pero ni se te ocurre ponerme un dedo encima o te mato.

Iván subió a mi cama e intenté quedarme dormida, pero Iván comenzó a hablar.

- Lo siento.

-¿Qué?- dije medio dormida.

-Lo siento por abandonarte y dejarte aquí sola.

- No importa sólo cumplias tus sueños, además estás aquí otra vez y nunca te irás- Lo decía sinceramente amaba el hecho de tenerlo aquí, era en la única persona en la que confiaba.

- Te confieso que conocí a mucha gente, pero nadie comparado a tí, en serio te extrañé.

- Lo sé-dije mientras bostezaba-soy única y especial, es difícil que alguien me olvide.

- Ya vas arruiando los momentos felices otra vez.

- Sí, sí yo también-el sueño que tenía no me dejaba comprender nada.

Me quedé dormida

- ¿BIA ME ESTÁS ESCUCHANDO?-gritó

- Sí, sí-desperté

- Te acabo de preguntar qué hiciste en el tiempo que no estuve contigo.

-Ahhh nada sólo tratar de vivir, compré esta casa y hace 2 años comencé a trabajar en el hospital psiquiátrico-dije orgullosa de todo lo que había logrado.

- La verdad tú no das impresión de trabajar con gente loca.

- Porque entrené toda mi vida contigo, después de años conviviendo la locura que veo no se compara a la tuya,así que se podría decir que es la costumbre- dije mientras me reía.

En ese momento me di la media vuelta hacia él para mirarlo, a pesar de la oscuridad podía ver que me observaba con su tierna mirada, así que le puse mi mano sobre sus ojos.

-¿Qué haces? Cuál es el problema de que vea esos hermosos ojos tan dulces, me pregunto si saben como se ven-dijo mientras me quitaba y me besaba la mano.

- ¿Qué significa eso?

-Tus ojos son color miel así que me pregunto si saben a miel, ¿debería probarlo?- saco la lengua y buscaba mis ojos.

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