—Y bueno, al final el tipo no resultó siendo tan malo. — Koichi se encogió de hombros con algo de nerviosismo desviando la mirada de esos ojos penetrantes de celeste brillante que se posaban sobre él como peso extra que debía aguantar. — Solo nos dio un buen susto a Josuke, a mí y a Okuyasu. Realmente está loco por todas las referencias artísticas que teníamos y tal. — Dio una sonrisa de lado algo forzada, nuevamente se ponía nervioso por lo cortante de la situación, solo quería que el hombre de casi dos metros dijera algo para no sentirse tan ignorado e incómodo.
— Ya veo. —Susurró con su característica voz grave deslizando su dedo por su gorra y el pulgar por debajo acomodando y bajando su visera. Nuevamente los segundos pasaron y Jotaro parecía haberse olvidado de su pequeña compañía al adentrarse en sus pensamientos, donde uno con otro parecían pelearse por recibir más atención de su propia conciencia. —Debo hacer algo, nos vemos. —Casi inmediatamente torno su cuerpo dando la espalda al menor elevando levemente su capa y caminar a donde su fría mente le ordenaba.
Koichi tragó saliva de manera nerviosa, casi podría decir que su piel se erizaba de la incomodidad. Alzó su mano en manera de despedida, siendo totalmente ignorado por la espalda del mayor, se preguntaba si su repentina ida sería porque quería hacer algo al respecto de los sucesos ocurridos, o por algo externo personal. Esperaba que fuera la segunda opción ya que con el poder de Jotaro fácilmente podría partir a Rohan en dos, pero sabía que su carácter estaba bien adoctrinado por sí mismo, y no se quebraría sin que alguien realmente cercano estuviera en peligro de muerte.
Las pisadas de su amigo se hacían lejanas, resonando con el cemento a esas horas frescas y casi congeladas de la tarde donde la casi nada de gente rondaba por el barrio, ya estaban los niños en sus casas compartiendo de una cena casera con su familia, la verdad había un ambiente cálido, de esos ambientes en los que te gustaría pasear con tu pareja o la persona que te gusta para decirle cosas cursis y darse amor. O uno de esos ambientes donde simplemente estas en tu casa compartiendo con alguien cercano frente a la chimenea con algo de música suave de fondo, como unas cuerdas suavemente tocadas comiendo golosinas y escuchando como se queman los troncos, explotando en ellos minúsculas chispas de manera terca.
Sin duda el estar solo en aquella hermosa tarde de cielo naranja te podría dejar melancólico fácilmente.
El pequeño de cabellos plateados sonrió casi comenzando a sentir un pesar por la atmósfera, para su suerte estaba solamente de paso, ya que se dirigía a un encuentro con la chica que le gustaba. Saco su celular apenas vibró en su bolsillo, para sonreír bobamente al leer el mensaje que había recibido de su amor, que anunciaba en donde se encontraba esperándolo, al parecer estuvo tiempo demás con Jotaro, afortunadamente solo estaba a un par de cuadras de allí por lo que no tomaría nada.
Guardó su celular, obviamente respondiendo antes para comenzar a caminar de una vez por todas. Su mente distraída en varios pensamientos al caminar le hacían confundir, o algo así, ya que además de pensar en la hermosa mujer, también se cuestionaba si alguien tan inquebrantable como lo podía ser el de largo abrigo blanco se sentiría solo en una tarde como aquella.
Suspiró, no sabía porque se cuestionaba eso, quizá el porque era siempre difícil socializar con él, e imaginaba que probablemente era un reto el ligarle y recibir algo positivo a cambio, solo algo positivo, siquiera el ser correspondido, ya había visto como él le gritaba a chicas por ser muy "ruidosas" o "molestas" de una manera en la cual ningún hombre heterosexual haría, ¿Acaso era gay?... Koichi sonrió levemente, ya que, si no podía visualizarlo en una relación con una chica, menos podía hacerlo con un hombre, simplemente eso no sería compatible para nada. Las chicas son las que suspiran por hombres misteriosos de pocas palabras y grandotes. Los gays eran más de buscar algo asertivo a la personalidad de una mujer, ese generalmente era el pasivo, pero aun así los activos solían ser dóciles y sobreprotectores a lo exagerado, pero claro, sin que se notara frente a nadie.
Era simple cuestión de cálculo lo que pasaba en las relaciones gays, heteros y lo que sea que exista después de eso. Y sea como fuese que funcionaba había algo en claro, y es que sin duda sería una tortura el estar profundamente enamorado de Jotaro Kujo, para cualquiera los ambos bandos.
Con el estereotipo de que las mujeres adoran a tipos como él, probablemente ya no podía contar con los dedos a todas las mujeres a las cuales había rechazado de manera no muy amable.
Koichi rodó los ojos cansado, ya no quería pensar en el tema, ahora solo iba a disfrutar la pacifica tarde con la chica que le había robado el corazón.
A/N: me acabo de enamorar de este ship, permiso. ¿sería bueno que hiciera un pequeño doodle por capitulo con la parte que más me gusto? Eso, gracias.
Esta mierda es omegaverse btw pero sin la parte cliché.
-Nicky-
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Pin me Down [JotaJosu] ✪
FanfictionSe lo decía a sí mismo, como si se peleara con su subconsciente, no ser curioso, no meterse con Jotaro Kujo y solo averiguar por qué él lo estaba evitando. Insentimental, así es como lo decidió y así es como quería que fuese, lo más alejado posible...