Todo cambiará...

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Caminando sola en lo que era ahora un bosque convertido en cenizas y desolación, Morgana con su rostro frío y despiadado cae al suelo, derrumbándose...

Un choque de emociones la estremeció, dolor, rabia, ira, tristeza, impotencia y sobretodo escuchaba como su corazón se rompía en mil pedazo, sientiendo una descarga que le desgarraba el Alma, el veneno aún estaba dentro de ella, pero parecía no importarle, todo lo que su ser deseaba era venganza...

Un espíritu de luz la encontró en ese estado el tan brillante como una nova, tanto que ella solo pudo observarlo desde la lejanía y desmayarse al ver ese brillo...

Cuando despertó un rato más tarde había una fogata y ella estaba cubierta por un retazo de tela de una vestimenta un poco gastada, al abrir los ojos Morgana se percata que la luz parpadeante que ella había intervenido para salvarlo estaba justo frente a ella, con una cabellera negra muy oscura y unos ojos marrones de una mirada penetrante, parecía que su barba descuidada tenía mucho tiempo de no ser arreglada, ella se percató en cómo su torso estaba cubierta por cicatrices muy probablemente de batallas...

- Alucer es mi nombre le decía esta especie de Ángel mientras Morgana observaba sus alas desnudas pegadas al cuerpo de él...

- Morgana: ¿A que has venido aquí? Reclama con voz fuerte eh impetuosa.

- Alucer: Esperaba un gracias por salvarme de tu parte, decía en voz de ironía mientras hacía ademanes con sus manos...

- Morgana: ¿¡¡A qué has venido!!? Exclamo la pregunta otra vez en tono de ira...

- Alucer: Mi nombre es Alucer hijo de Racnon y Silfit dos arcángeles que por encargo de Dios velan por la seguridad de la existencia misma, Silfit mi madre Arcangel de la vida, el amor y guardiana del Rayo de luz, y Racnon mi padre protector de la esperanza y la espiritualidad así como derivaciones mágicas sobre el universo... y yo Alucer protector de la luz, la magia y el amor, y como protector de la luz mi deber es terminar con cualquier tipo de oscuridad que habite en todo ser...

Morgana no pudo evitar retorcerse del dolor, parecía que el veneno se adentraba más en su cuerpo, con un grito pidió de la ayuda del arcangel, este que con su poca experiencia y poder intentó curar sus heridas sin saber que era lo que pasaba pues Morgana no podía hablar del dolor que sentía...

En su mente empezaron a recorrer nuevamente las imágenes de su hogar destruido, sus alas empezaban a cambiar teniendo un aspecto a alas de inframundo, el arcángel al darse cuenta que Morgana había sido infectada con sangre de demonio decide llevar acabo un ritual para sellar la sangre, el sabía que no podría sacar la esencia demoníaca de su ser pero si esto funcionaba podría salvarle la vida de las ataduras de la oscuridad...

Creeré en las sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora