Capítulo 2 : ¿Chicos antes que amigas?

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-¿Te ha hecho mi abuelo el café? 
-Sí, le ha hechado demasiado azúcar para mi gusto pero está rico.
-Él es así. "El café siempre con un extra de azúcar para tener energía durante todo el día" - dije imitando a mi abuelo.
Ambos reímos y Louis me agarró del brazo lo que hizo que me estremeciera.
-Verás, Sashka, he estado hablando con tu abuelo y me ha contado cosas maravillosas de ti pero me ha comentado que no quieres irte fuera a cumplir tus sueños y no me parece justo. Además él está de acuerdo con dejarte ir.
-Louis, no me apetece hablar de eso ahora mismo.
-Ya sé que no es fácil pero se trata de tu futuro y no debes desperdiciar una oportunidad así.
-Louis, nos acabamos de conocer y apenas sabes nada de mí, asique no tienes derecho a opinar sobre qué tengo que hacer. Es mi vida y yo tomaré las decisiones que tenga que tomar.
-Te entiendo perfectamente pero solo quiero ayudarte.
-¿Sabes cómo puedes ayudarme?
-¿Cómo?
-No influyendo en mis decisiones.
-Sashka, lo siento. Tienes razón, será mejor que me vaya.
Louis agarró su chaqueta enfadado y se aproximó a la puerta pero antes de que la abriera, le agarré del brazo.
-No, espera. No te vayas así. He sido un poco brusca, lo lamento.
-No te preocupes. ¿Te apetece que nos veamos otro día que estés más calmada?
-Vale. Adiós.
-Adiós.
Fue una despedida fría y extraña pero estaba tan frustrada que no le di importancia.
Fui a la habitación de mi abuelo y le encontré tumbado en la cama sollozando.
-¿Qué te sucede? - pregunté alarmada al observar su rostro.
-Ven, siéntate junto a mí, creo que ya es hora de que te cuente la verdad.
La mujer que viste ayer era Ana, tu madre. Vino a hablar conmigo para saber como estabas.
-¿Y por qué no habló conmigo directamente?
-Me dijo que no se sentía preparada porque tenía miedo de que tú la rechazarás.
No he hecho más que darle vueltas al asunto y decidí que sería buena idea que os vierais por lo que aproveché la idea de ir a comer para que fuésemos los tres pero al ver que no apareciste, ella pensó que probablemente no querrías verla.
-Pero si yo no sabía que ella iba a ir.
-Lo sé pero por más que insistí, no me creía.
-¿Y donde está? Me gustaría verla y aclararle lo sucedido, es mi madre y a pesar de todo quiero conocerla.
-Sabía que dirías eso asique le supliqué que me diera su dirección.
-¿Y dónde vive?
-En Stanford.
-¿Y no te dio su número de teléfono para poder comunicarse conmigo?
-No, me dijo que si tú querías verla que fueras allí.
-No creo que sea buena idea. No te quiero dejar solo.
-Escucha, Sashka. He pensado que lo mejor sería que te fueras a vivir con ella. Tienes la Universidad cerca y estarías con ella y recuperaríais el tiempo perdido.
-No, si de verdad le importase, te habría dejado su número al menos - sollozé entre lágrimas.
Manuel se aproximó sobre mi regazo y me abrazó delicadamente.
-Ya sé que no es tan fácil dejar tu vida aquí y mucho menos para irte con una persona que ha estado lejos de ti tanto tiempo, pero sería una oportunidad increíble de la que algún día te arrepentirás. Además cada vez va quedando menos tiempo y si no te decides pronto, será tarde.
-Lo sé. Tan sólo quedan dos días para mi graduación y como muy tarde tengo que decidirlo ese mismo día...
-Prométeme que te irás, aunque sea hazlo por mí.
Le miré apenada y le di un beso. De repente sonó mi teléfono. Era Oksana, quería verme.
-Me voy a ver a Sana, luego vengo - dije mirando el teléfono.
-Vale, pásalo bien. Te quiero.
-Y yo, abuelo.

Llegué a casa de Oksana. Llamé al timbre y acto seguido apareció Oksana por la puerta.
-Pasa tía.
Entré y me senté en el sofá.
-¿Qué tal estás?
-Nunca he estado mejor.
-¿Y eso?
-Verás, tengo que contarte algo. Me gusta alguien.
-Ya estás tardando en decirme quien es.
-!Es Louis! - gritó nerviosa.
En ese momento me quedé en blanco. No podía creer lo que estaba oyendo, sus palabras se me clavaron en el pecho como un puñal lo cual nunca había experimentado antes.
-¿Y esa cara?, ¿No te cae bien?
-No, no es eso.
-Ya decía yo, porque el otro día en la fiesta os hicisteis amigos.
-Sí...
-¿Entonces, qué problema hay?
-El problema es que...
En ese mismo instante apareció Louis con una toalla en la mano y vestido sólo con unos bóxers negros que hacían que se le marcase bastante el pene, me quedé mirándole fijamente hasta que establecimos contacto visual.
-Hombre, hola. No sabía que estabas aquí.
-Hola. Yo ya me iba.
-No tía, quédate. Van a venir unos amigos de Louis y vamos a estar en la piscina.
-No he traído bañador.
-No hay problema, te dejo uno mío. En seguida vengo, voy a por uno.
Oksana se fue y Louis y yo nos quedamos sumergidos en un silencio incómodo.
-¿Estás enfadada?
-No.
-¿Entonces, por qué no me hablas?
No me atrevía a mirarle a la cara, me sentía culpable por mis sentimientos hacia él.
-Ahora ni me miras.
Agaché la mirada y Louis se empezó a acercar cada vez más y más a mí, intenté apartarle pero tenía mucha más fuerza que yo con diferencia, me agarró por las caderas bruscamente y me sujetó el cabello, comencé a temblar de los nervios y él me susurro al oído que estuviese tranquila haciendo que se me erizase el bello.
De repente llamaron a la puerta lo que hizo que me sobresaltara.
-Tranquila, no estamos haciendo nada malo- dijo entre risas.
Louis se aproximó a la puerta y tres chicos entraron, uno de ellos era el chico bajito que había visto el día anterior, me sonrió con entusiasmo y se acercó a darme dos besos.
-Hola, soy Álex.
-Encantada, Álex. Yo soy Sashka.
-El gusto es mío.
-Venga Álex, deja de ligar con la chavala que no vas a conseguir nada - dijo él más guapo de los tres. Yo soy César, un placer.
Le sonreí y saludé a los demás.
-¿Bueno, vamos a ir a bañarnos o qué? Que me estoy muriendo de calor -añadió César.
-Sí, vamos - dijo Louis. 

Se fueron todos menos Álex quien me miraba fijamente.

-¿No vienes? - me preguntó Álex.
-Sí ahora iré, pero estoy esperando a mi amiga.
-Si quieres me quedo contigo mientras esperas.
-No de verdad, no es necesario. Mira ya viene - dije en cuanto la vi bajar por las escaleras.
-Ya estoy aquí. Siento haber tardado tanto pero ya sabes estaba indecisa, no sabía que bañador le pondría más a...
De repente apareció Louis antes de que Sana terminará la frase.
-¿A qué estáis esperando? Vamos al agua.
-Espera un momento que aún no me he puesto el bañador - dije tímidamente.
-No pasa nada, no lo necesitas.
Entonces se abalanzó sobre mí y me cogió por las piernas, traté de que me soltara pero mis esfuerzos no sirvieron de mucho asique me tiró al agua.
Cuando salí a la superficie me agarró por detrás y me hizo una aguadilla, empezó a faltarme la respiración y sentí que me ahogaba pero Louis no me dejaba. Finalmente le di una patada y conseguí escabullirme.
Al salir de la piscina empecé a toser con fuerza.
-¿Estás bien? - preguntó Sana alarmada.
-Sí.
Me dio una toalla y me abrazó.
-Parece ser que mi hermanastro es un poco gilipollas.
-Oye, hermanita que estoy aquí - dijo Louis mientras salía de la piscina.
-Esque eres un gilipollas, Sashka tiene problemas respiratorios y podría haberse ahogado.
Todavía me costaba un poco respirar pero poco a poco iba recuperando el aliento.
-Joder, lo siento. No lo sabía.
-No pasa nada. Será mejor que me vaya a casa.
-Quédate, por favor - me suplicó Sana.
No sabía si sería buena idea quedarme pues me sentía cansada después de lo ocurrido pero por otra parte tenía ganas de estar con Louis lo cual no entendía debido a su comportamiento.
-Está bien, pero déjame algo de ropa para cambiarme.
-Sí, tranquila, vamos a mi cuarto. Ahora venimos, chicos. Podéis ir preparando las pizzas y así sois útiles por una vez en vuestra vida - dijo Sana entre risas.

-No entiendo porque Louis ha hecho eso.
Te trata muy bien pero después se comporta como un gilipollas contigo. Quizás lo hace para ponerme celosa, ¿tú qué crees?
-No sé.
Me dio una blusa y unos shorts que me quedaban un poco grandes ya que ella es más alta que yo.
-Voy al baño un momento.
-Vale tía, te espero abajo con los demás, si necesitas algo me avisas.
Cuando salí del baño escuché una especie de gemidos que parecían proceder del final del pasillo, sentí curiosidad y decidí acercarme. Me apoyé sobre la puerta y de repente ésta se abrió ya que no estaba bien cerrada. No podía creer lo que estaba viendo.

SashkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora