XVI
Algunos segundos después el sonido de unos golpes en la puerta se dejó escuchar en la habitación y la tímida cabeza de JiMin se dejó ver. Fue NamJoon quien se giró para mirarlo y permitirle entrar.
—Los demás se han ido y YoonGi hyung me ha dicho que tenemos que conversar.
—Si Jiminie, entra por favor.
NamJoon creyó que era bueno mantener un poco la distancia del cuerpo de Jin, aunque tuviera unas ganas tremendas de abrazarlo y sentarlo sobre su regazo. Pero debía ser fuerte y soportar. Si había esperado tanto tiempo para tenerle entre sus brazos, podía hacerlo un poco más.
JiMin se sentó lentamente al otro extremo de la cama de Jin, con la cabeza mirando sus manos escondidas en el polo negro que llevaba puesto. Se sentía nervioso. Odiaba cuando alguno de sus hyung le anunciaba que debían reunirse para conversar... eso siempre provocaba horrendos pensamientos y miedos donde estaba metida la idea de que en cualquier momento alguien iba a decir "Ya no los soporto. Quiero salirme del grupo".
La angustia ante esos pensamientos siempre le provocaba náuseas, y estaba haciendo su mayor esfuerzo por mantenerse ahí y no salir corriendo al baño para devolver todo lo que había comido durante la noche. Pero Jin tampoco se lo ponía fácil pues seguía con la mirada hacia el suelo, sin soltar la mano de NamJoon.
Entonces el mayor levantó la mirada y JiMin pensó que se le había ido el espíritu cuando notó sus ojos cargados en culpa y vergüenza.
Park JiMin conocía todas las miradas de su hyung mayor. El rostro cuando se levantaba agotado y no quería saber del mundo. La cara de felicidad cuando comía algo que le encantaba. La divertida que instalaba en sus rasgos de hombre mundialmente guapo y quería molestar a alguno... cuando le decía lo mucho que lo amaba.
Y había un montón de otros rostros que JiMin había visto y que sabía reconocer cuando miraba al primero de los Kim de esa casa, pero la culpabilidad y la vergüenza eran dos clases de sentimientos que nunca habían estado unidos en una misma expresión. Y su primer impulso fue acercarse a su hyung, abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien, aunque no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando.
Ver a Jin de ese modo estaba, además, amenazando con hacerle llorar.
Jin pudo comprender perfectamente el estado en el cual se encontraba JiMin y sintió como la culpabilidad crecía y se instalaba en su pecho impidiéndole respirar bien. Quería consolarlo, estar a su lado y abrazarle, pero JiMin era de las personas que siempre absorbía las energías de otro, aunque fueran negativas y él no deseaba hacerle más daño, así que sensuro sus ganas de sentarse a su costado y tomarle la mano para pedirle perdón de todas las formas que conocía.
Luego, sin siquiera golpear la puerta, TaeHyung entró a la habitación con el rostro molesto, además de tener fuertemente agarrada la mano de JungKook y dejarlo atrás de su cuerpo, como protegiéndolo de cualquier cosa.
El último de los Kim miró a sus compañeros apostados en la habitación, dejando fijos sus ojos en el mayor, demostrándole lo irritado que estaba con él. TaeHyung sentía una molestia profunda en contra de su hyung y quería hacerlo notar con la fuerza de su mirada.
Cuando JiMin le vió quedó sorprendido pues era muy extraño ver un comportamiento así de parte de dos de los tres Kim de esa familia. TaeHyung era uno de los que siempre estaba bien y feliz al lado del mayor, aunque eran los que más discutían entre sí. Incluso había sido, en compañía del propio JiMin, uno de los que intentaron llevar la fiesta en paz durante esos meses donde la relación entre todos y Jin parecía bastante desconectada.
ESTÁS LEYENDO
The Truth Untold
FanfictionKim SeokJin lleva casi ocho años como miembro del grupo mundialmente famoso BangTan Sonyendan y ha logrado estar en paz consigo mismo, olvidando la dañina y peligrosa existencia que tuvo hasta sus dieciocho años. Agradece día con día la segunda opor...