Kim SeokJin lleva casi ocho años como miembro del grupo mundialmente famoso BangTan Sonyendan y ha logrado estar en paz consigo mismo, olvidando la dañina y peligrosa existencia que tuvo hasta sus dieciocho años. Agradece día con día la segunda opor...
Sentada en ese frío piso, en una casa fea y deteriorada, con un cuchillo en sus manos y las muñecas escupiendo su contaminada sangre con calma, comprendió que definitivamente estaba sola y que nadie iba a ser capaz de ayudarla esa vez.
Cuando joven había sido Kim SeokJin quien siempre corrió a su lado para salvarla de sí misma, pero en ese momento el rubio ya no estaba más en su vida porque le pertenecía, de verdad, a otras personas.
Quizás tuvo un atisbo de arrepentimiento en el momento en que las lágrimas retenidas por muchos años finalmente desbordaron sus ojos oscuros, pero no fue más que por un segundo.
Había hecho todo lo que quiso, intentó retener a SeokJin en su vida utilizando todos y cada uno de los trucos que conocía y aun así no logró, ni por un momento, que Jin deseara quedarse otra vez a su lado.
Él nunca entendió que si hizo todo eso fue porque de verdad lo amaba y deseaba retenerlo para intentar ser una mejor persona. Tampoco pudo comprender sus celos enfermizos al darse cuenta de que ahora ese hombre que le perteneció en su juventud era parte de la comunión que se daba con otras seis personas y que ella, realmente, nunca había sido extrañada ni mucho menos nombrada.
Kim SeokJin la olvidó como si fuera una hoja lanzada al viento. La desechó de su memoria como si nunca hubiera existido y había comenzado una vida donde tenía todo lo que deseó alguna vez mientras ella se revolcaba en la miseria más absoluta.
Quiso entonces volver a verlo. Primero a exigirle que debía responder por su propio sufrimiento porque la había olvidado mientras ella no pudo dejar de pensar en él un solo momento. Y si la suerte la acompañaba, hacer que ese hombre volviera a poner sus ojos en ella, haciéndola parte de algo bonito y que quizás le iba a ayudar con toda la mierda que existia en su cabeza.
Y Jin, al principio, se había comportado con ella con cariño, como lo hacía antes de que se volvieran novios y del desastre que ocurrió entre ellos la última vez que se vieron. Jin sonreía para ella y, además, sentía que su odio al mundo había permanecido intacto dentro de él, pues a pesar de todo durante muchos años fueron los mejores amigos de la historia , haciéndole creer que aún le conocía por completo. Entonces no iba a ser difícil volver a ser parte de su vida, tenerlo a su lado y retornar a esa relación obsesiva que tenían antes, intentando hacerle recordar que se pertenecían el uno al otro y, por supuesto, SeokJin no necesitaba de nadie más que no fuera ella.
