Mi Forma de Pedir...

714 91 7
                                    

Capitulo XIV

Mi Forma de Pedir...

XXV

El automóvil último modelo deportivo de HoSeok se detuvo justo frente a una casa de barrio antigua, que parecía abandonada. Apagó el motor para no hacer notar su presencia y se soltó el cinturón de seguridad mirando a JungKook con la tensión y el nerviosismo clavado en su siempre apacible rostro.

—¿De verdad no vamos a llamar a la policía?

—No, no podemos. Sería un completo caos y Jin puede estar aún más en peligro. —dijo NamJoon pasándose una mano por el cabello.

—Tengo miedo Nam.

—Yo también, pero sé que todo va a salir bien.

JungKook los miraba a los dos ansioso y con el cuerpo en absoluta tensión. Si debía echar abajo la puerta a patadas lo haría porque no iba a controlarse si debía salvar a su hyung del peligro inminente en el cual se encontraba.

—Voy a entrar solo... —dijo el líder con calma.

—¡No, no puedes!

—Si, es necesario. Si nos ve a los tres puede hacer una locura, mientras que si voy solo se va a concentrar en mi y así podré ver qué hacer.

—Pero hyung...

—Voy a llamarte JungKook ahora y dejaré mi móvil encendido en modo llamada para que escuchen lo que pasa adentro de esa casa... cuando crea que es seguro vas a entrar y ayudarme a sacar a Jin. Hobi, tienes que quedarte aquí con el auto encendido para salir quemando llantas de ser necesario... pero si se sale todo de control...

—Entraremos a salvarlos NamJoon... te lo juro.

NamJoon le agradeció a Hobi y a JungKook su determinación y con la misma decisión y voluntad se bajó del auto y caminó con paso seguro hasta la reja de aquella casa. Suspiró fuerte, oxigenó los pulmones y obligó a su mente a funcionar de manera racional y fría. No podía perder los estribos en ese momento tan delicado y debía creer con todas sus fuerzas que lograría sacar a Jin de ahí rápidamente.

La reja estaba abierta para su sorpresa y caminó por el suelo de gravilla sintiendo cada uno de los desbocados latidos de su corazón retumbando en sus sienes. Intentó ser lo más silencioso posible, así que cuando llegó a la entrada de la casa puso bien en orden sus ideas y giró la manilla de la puerta. También cedió de inmediato y una fuerte luz lo recibió. Pestañeó un par de veces intentando acostumbrarse rápido a la luminosidad de la casa, ya que afuera lo único que se podía ver era la oscuridad y los tímidos rayos de luna mostrándole el camino que debía seguir.

Cuando se sintió seguro entró por completo a la casa sin quitarse los zapatos, dirigiéndose hasta donde supuso era la sala a través de un pasillo largo y estrecho.

A medida que se iba acercando hasta el living pudo escuchar unos murmullos, lo que hizo que el vértigo se apoderara con fuerza de su estómago.

Y cuando entró de lleno, unos segundos después, logró ver la puerta de una habitación abierta y la espalda de alguien tapando el cuerpo de otra persona.

Sabía perfectamente quién era aquel que estaba en la cama pues por su diferencia de altura podía ver su cabello rubio sobresalir.

Era Jin y quien estaba de espaldas, casi sobre su cuerpo, como si lo estuviera besando era Song EunJi.

Pero el grito de ella le hizo pegar un salto y preocupado entró a la habitación sin perder el tiempo.

—¿Me has mordido? —preguntó ella furiosa.

The Truth UntoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora